Por Bruno Cortés
El asesinato de un diputado, miembro del Partido Verde, puso nuevamente el reflector sobre la profunda crisis de seguridad en México. Desde la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, coordinador de los legisladores del PRI, expresó su pesar y preocupación por un país donde la violencia ha dejado de ser noticia para convertirse en rutina. Pero Moreira no solo lamentó la tragedia; también hizo un llamado urgente para replantear la estrategia de seguridad del gobierno actual, cuestionando directamente el enfoque de «abrazos, no balazos».
«La violencia no puede ser el lugar común»
“Es el segundo compañero asesinado en esta legislatura; ya habíamos perdido a Óscar Melencio Cuén, quien no alcanzó ni a tomar protesta. Es un mar de violencia que no podemos normalizar”, lamentó Moreira. El diputado del PRI extendió sus condolencias a la bancada del Partido Verde y subrayó la necesidad de una estrategia clara y eficaz para combatir al crimen organizado, que sigue cobrando vidas en todo el país.
“Es momento de sentarnos todos, como nación, y hablar en serio. ¿O vamos a seguir con la política de abrazos y no balazos mientras los delincuentes continúan con balas y ejecuciones?”, cuestionó.
Las fallas del gobierno de Morena
Moreira señaló que Morena ha fallado en garantizar la seguridad. “Este gobierno lleva seis años de abandono en el tema de seguridad. Y si a eso le sumamos el derroche económico del sexenio anterior, es claro que no tienen los recursos ni la capacidad para devolvernos la paz”, afirmó.
El coordinador del PRI también acusó al partido en el poder de fomentar la polarización social como una cortina de humo para desviar la atención de sus fracasos. “Morena ha dividido a México en todo: por religión, origen geográfico, y hasta formas de pensar. Esa estrategia de polarizar y culpar a la oposición de todo lo malo es irresponsable. Hoy la seguridad del país es su responsabilidad, y tienen todas las herramientas para resolverlo”.
Los estados más críticos y la ineficacia de los gobernadores
Moreira fue enfático al señalar que la violencia en estados como Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Chiapas demuestra la falta de colaboración entre el gobierno federal y los locales. “El discurso de abrazos no balazos ha desarmado a los gobernadores. Muchos se desentendieron de la seguridad, dejando la tarea al presidente. Pero el resultado es evidente: el país está incendiado”, dijo.
El caso de Sinaloa, donde se han reportado enfrentamientos y secuestros vinculados a altos mandos policiales, fue especialmente preocupante para el diputado. “Es inadmisible que no se depuren las policías. ¿Dónde están las pruebas de control de confianza? Esto no es nuevo, pero la falta de acción lo hace peor”, afirmó.
«Los programas sociales no son una estrategia de seguridad»
Moreira también criticó el diagnóstico del presidente López Obrador sobre las causas de la violencia. “El presidente dice que la inseguridad se acaba atendiendo las causas, y su solución son los programas sociales. Eso implica que están culpando a los pobres de la violencia. Yo apoyo los programas sociales, pero no como la única estrategia para combatir el crimen. Eso es simplista e ineficaz”, aseguró.
El desafío electoral y el llamado a la unidad
Durante el último proceso electoral, 38 candidatos fueron asesinados, un recordatorio sombrío de los riesgos que enfrentan quienes se atreven a participar en la política en un país donde la violencia es omnipresente. “Estos hechos demuestran que la democracia en México sigue bajo amenaza. Necesitamos unidad, no más polarización. Morena debe dejar de usar la violencia como arma política y enfocarse en resolverla”, concluyó Moreira.
¿Y ahora qué sigue?
Rubén Moreira dejó claro que el PRI está dispuesto a contribuir con su experiencia en el diseño de una estrategia nacional de seguridad. Pero también subrayó que el primer paso debe ser reconocer los errores actuales. “No se trata de repartir culpas, sino de buscar soluciones. México no puede esperar más”, afirmó.
El reto de combatir al crimen organizado, garantizar la seguridad pública y sanar un país dividido requiere no solo voluntad política, sino un liderazgo que escuche y actúe. Para Moreira, el diálogo y la acción conjunta son el único camino hacia la paz que tanto anhelan los mexicanos.