La resistencia bacteriana se ha convertido en un tema de creciente preocupación a nivel mundial, con pronósticos alarmantes que sugieren que podría ser la principal causa de muerte en 2050. Francisco Saynes Marín, presidente de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, advierte que si no se toman medidas efectivas, hasta 10 millones de personas podrían morir anualmente debido a infecciones resistentes a los antibióticos.
La resistencia bacteriana ocurre cuando las bacterias desarrollan inmunidad a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones comunes. Saynes Marín señala que este fenómeno no solo es resultado del uso inadecuado de antibióticos, sino también de la automedicación, un problema prevalente en México. Muchas personas optan por automedicarse o buscar antibióticos sin prescripción médica, lo que contribuye al desarrollo de cepas resistentes. Además, la falta de cumplimiento con los tratamientos prescritos permite que las bacterias expuestas a antibióticos retengan información genética que comparten con otras bacterias, aumentando así la resistencia. La contaminación del agua por residuos farmacéuticos también juega un papel crucial en este problema, ya que los antibióticos pueden ingresar al sistema alimentario a través del riego y el consumo de productos contaminados.
Impacto global y local
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la resistencia antimicrobiana como una de las diez principales amenazas para la salud pública. En 2019, se estimó que 1.27 millones de muertes fueron directamente atribuibles a infecciones resistentes. Si no se toman medidas adecuadas, se prevé que este número aumente significativamente en las próximas décadas. En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, Saynes Marín enfatiza la necesidad de crear conciencia tanto en la población como entre los profesionales de la salud. Es fundamental educar sobre el uso responsable de los antibióticos y evitar su prescripción innecesaria, especialmente en pediatría.
Medidas necesarias
Para abordar esta crisis, es esencial implementar estrategias efectivas que incluyan:
- Educación pública: Aumentar la concientización sobre los riesgos asociados con la automedicación y el uso indebido de antibióticos.
- Regulación estricta: Fortalecer las políticas sobre la venta y prescripción de antibióticos para garantizar su uso adecuado.
- Monitoreo ambiental: Controlar la contaminación del agua para reducir el impacto de los residuos farmacéuticos en el medio ambiente.
- Investigación y desarrollo: Fomentar el desarrollo de nuevos antibióticos y tratamientos alternativos para combatir infecciones resistentes.
La resistencia bacteriana es un desafío complejo que requiere un enfoque multifacético. La colaboración entre gobiernos, profesionales de la salud y ciudadanos es crucial para revertir esta tendencia y proteger la salud pública.