CDMX a 23 de abril, 2024.- En una confrontación verbal reciente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desafió la evaluación del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre el estado de los derechos humanos en México. La presentación del Informe Nacional sobre Prácticas de Derechos Humanos 2023 por parte del secretario Antony J. Blinken desató una ola de críticas por parte del mandatario mexicano en su conferencia matutina del 23 de abril, donde acusó a Estados Unidos de actuar como «jueces del mundo» y no respetar la soberanía de otras naciones.
Este informe, que evalúa a casi 200 países, destacó varios problemas graves en México, incluidas ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, feminicidios, actos de tortura, restricciones a la libertad de expresión y violencia de género. Dichas acusaciones han provocado un debate acalorado sobre la efectividad de las políticas internas de México en la protección y promoción de los derechos humanos.
La respuesta de López Obrador sugiere una defensa feroz de la autonomía política del país frente a lo que él considera una intromisión extranjera injustificada. Sin embargo, críticos dentro y fuera de México señalan que la reacción puede ser también una manera de desviar la atención de las serias acusaciones detalladas en el informe.
El contraste en las narrativas pone en evidencia la tensión continua entre los dos países sobre temas de derechos humanos y la soberanía nacional, sugiriendo que la relación bilateral podría enfrentar nuevos desafíos si no se abordan estas preocupaciones de manera colaborativa y respetuosa.