Los millennials (nacidos entre 1981-1996) y centennials (nacidos entre 2000 y 2015) en México enfrentan una perspectiva de retiro muy diferente de la disfrutada por sus padres y abuelos, y esto se debe a un cambio fundamental en el sistema de pensiones del país.
En 1997, México hizo una modificación significativa en su Ley del Seguro Social al pasar de un sistema de pensiones gestionado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a uno basado en cuentas individuales de los trabajadores, controladas por las Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES). Esta transformación marcó un hito en la historia de las finanzas y el retiro en México.
La razón detrás de esta transformación radica en cambios demográficos que comenzaron a finales de la década de los noventa. En ese momento, una gran parte de la población mexicana comenzó a envejecer, lo que hizo inviable continuar con el sistema de pensiones existente. «No había suficientes jóvenes trabajando para pagar las pensiones de los jubilados», explicó María de las Nieves Lanzagorta, vicepresidenta de vinculación de AMAFORE.
El sistema de pensiones original se basaba en un ciclo de sustento, donde la esperanza de vida era más corta y la población activa de jóvenes trabajadores era amplia. Esto permitía que los trabajadores financiaran las pensiones de los jubilados. Sin embargo, la realidad cambió con el tiempo, y los mexicanos comenzaron a vivir más y a trabajar de manera más informal o emprender, lo que redujo la base de trabajadores activos que podían sostener las pensiones.
Para aliviar la carga sobre el IMSS, se crearon las AFORES a través de la Ley del Seguro Social. La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) se encarga de supervisar y regular estas AFORES para garantizar que los recursos de los trabajadores se manejen adecuadamente.
A pesar de estas medidas, actualmente, seis de cada diez mexicanos no cuentan con ninguna protección pensionaria. Esto refleja un problema creciente que la sociedad y los responsables de la toma de decisiones no han abordado de manera efectiva. Además, el 40% de la población que tiene algún tipo de protección no tiene garantizada una pensión completa debido a la falta de medidas decisivas, como el aumento de la edad de jubilación.
La realidad de las pensiones en México es un desafío que afecta a las generaciones más jóvenes, y es crucial abordarlo con urgencia para asegurar un futuro financiero más estable para todos.