«¡Una limosna para este pobre viejo!» Esta es la frase que resuena en las calles de Veracruz mientras la gente se reúne para celebrar una tradición única y colorida: la Quema del Viejo. Este ritual, originario de las regiones de los Tuxtlas y la Cuenca del Papaloapan, se ha extendido a otros estados del sur de México, como Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Tabasco, y es una forma única de dar la bienvenida al Año Nuevo.
La tradición de la quema del viejo
A medida que diciembre llega a su fin, en Veracruz y otras regiones del sur de México, la gente comienza a elaborar muñecos que simbolizan a hombres ‘viejos’. Estos muñecos están hechos de trapo y están vestidos con trajes tradicionales de la región, como paliacates, trajes de manta, sombreros y a menudo tienen cigarros o puros. Los muñecos se rellenan con telas y periódicos usados.
Cada uno de estos «viejos» se sienta en una silla con un letrero en el pecho que dice: «una limosnita para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo». Este gesto tiene un propósito noble: recolectar dinero para comprar dulces para los niños y pirotecnia para la noche de la quema, que tiene lugar el 31 de diciembre.
La quema del viejo: Una despedida alegre
El día de la quema, los «viejos» son cargados y llevados a recorrer las calles de Veracruz, acompañados de comparsas de bailarines, músicos y un séquito que incluye a una viuda embarazada, que representa a la madre del Año Nuevo.
Durante el recorrido, se cantan coplas tradicionales como:
«Una limosna para este pobre viejo
que ha dejado hijos
para el año nuevo.
A don Ferruco
lo vamos a quemar,
porque los villistas
lo quieren matar.
Ya se va el viejo
muriéndose de risa
porque esta noche
lo vuelven ceniza.»
Para el momento de la quema, se colocan cohetones y cáscaras de plátano seco dentro del cuerpo del «viejo». A medida que la pirotecnia estalla, se cree que todos los males se van con él, dejando espacio para un nuevo ciclo renovado y lleno de esperanza.
Una tradición que trasciende fronteras
La Quema del Viejo es una tradición que no se limita a México. También se celebra en varios países de América Latina, como Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Argentina y Chile. Cada región le agrega su propio toque especial, pero la esencia de dar la bienvenida al Año Nuevo con alegría y gratitud permanece constante.
En Xalapa, por ejemplo, el viejo se representa con una persona disfrazada de anciano que baila al son del jarocho y canta las coplas mientras la gente lo acompaña.
Al sur de Veracruz, en Oluta, se realiza la Danza del Chenu, un baile ancestral que se remonta a la época de la conquista. Esta danza representa el solsticio de invierno y la Navidad, y también se llevan a cabo representaciones teatrales que enfrentan el bien contra el mal.
La Quema del Viejo es mucho más que un simple ritual; es una expresión de la cultura, la alegría y la esperanza que caracterizan a la gente del sur de México mientras dan la bienvenida al Año Nuevo con brazos abiertos y corazones alegres.