El color de tu pijama podría ser la clave para un descanso más profundo y reparador. Según investigaciones en psicología del color y neurociencia, ciertas tonalidades tienen la capacidad de influir en nuestro estado emocional, ritmo cardíaco e incluso en la producción de hormonas relacionadas con el sueño. Mientras que algunos colores promueven la relajación, otros pueden mantenernos en un estado de alerta no deseado a la hora de dormir.
El azul se posiciona como el tono más efectivo para inducir el descanso. Estudios citados por la Fundación Estadounidense del Sueño revelan que este color estimula las células ganglionares de la retina, enviando señales al hipotálamo para aumentar la producción de melatonina (la hormona del sueño) y reducir el cortisol (asociado al estrés). Además, su asociación con elementos naturales como el cielo y el mar evoca una sensación de tranquilidad.
En segundo lugar, el verde, especialmente en tonalidades suaves como el menta o el aqua, promueve una sensación de equilibrio y conexión con la naturaleza. Sin embargo, los verdes con matices amarillentos pueden tener el efecto contrario, generando energía en lugar de relajación.
El blanco, clásico en la ropa de dormir, simboliza pureza y claridad mental. Según expertos en psicología ambiental, este tono ayuda a «despejar» la mente de distracciones, facilitando la transición hacia el sueño. Otras opciones recomendadas incluyen los tonos neutros y tierra, como beige, gris suave o verde grisáceo, que aportan calma sin sobreexcitación visual.
Los colores que debes evitar
Por el contrario, tonalidades como el rojo, naranja brillante o rosa intenso activan el sistema nervioso, aumentando el ritmo cardíaco y retrasando la sensación de somnolencia. El morado, aunque sofisticado, se asocia con la lucidez mental y puede provocar sueños vívidos que interrumpen el descanso.
El marrón, por su parte, puede generar una sensación subconsciente de pesadez o melancolía, según estudios de cromoterapia. Aunque es un color cálido, su falta de luminosidad lo hace menos recomendable para entornos de descanso.
La ciencia detrás del efecto cromático
Suzy Chiazzari, experta en cromoterapia, explica que los colores emiten vibraciones lumínicas que influyen en nuestros biorritmos. «Antes de dormir, nuestro cerebro procesa estos estímulos, afectando directamente la calidad del sueño», señala. Por ello, elegir una pijama en tonos fríos y neutros no es solo una cuestión de estilo, sino una estrategia respaldada por la ciencia para mejorar el descanso.
Si buscas optimizar tu rutina nocturna, considera que el color de tu pijama es tan importante como la oscuridad de tu habitación o la comodidad de tu colchón. Pequeños cambios en tu vestimenta podrían marcar la diferencia entre una noche de insomnio y un sueño profundo.