Por Bruno Cortés
En un 2024 cargado de tensiones políticas y retos de seguridad, Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), hizo una pausa en la agenda legislativa para regresar a las raíces culturales del país. Durante el concierto “La música mexicana y la Navidad”, ofrecido por la Orquesta Filarmónica, Coro, Alientos y Percusiones de la Secretaría de Marina, Monreal no solo celebró el arte, sino que envió un mensaje que resonó más allá de la música: “Queremos retornar a la cultura, a la lectura, al arte en nuestra responsabilidad constitucional”.
Con el emblemático Palacio Legislativo de San Lázaro como escenario, el evento fue un recordatorio de que en tiempos turbulentos, la cultura puede ser un refugio y un punto de encuentro. El encendido del árbol de Navidad, liderado por Monreal, simbolizó más que una tradición: fue un llamado a la unidad y al esparcimiento en un año que ha sido “intenso en todo sentido”.
Un patrimonio artístico al servicio de la nación
La Orquesta Filarmónica y el Coro de la Secretaría de Marina, dirigidos en esta ocasión por Germán Tort, ofrecieron un recital que abarcó desde clásicos como el “Gloria” de Vivaldi hasta villancicos como “Noche de Paz”. Este ensamble, reconocido tanto en México como en el extranjero, demostró que la música no solo enaltece el espíritu, sino que también fortalece los lazos entre las instituciones y la ciudadanía.
Monreal agradeció la colaboración de la Secretaría de Marina, destacando el apoyo del almirante presidente de la Comisión de Marina, el diputado Humberto Coss y León Zúñiga, quien facilitó la organización de este recital en San Lázaro.
La cultura como política pública
Más allá del evento, el mensaje del diputado Monreal trasciende lo anecdótico: en un país marcado por la polarización y los desafíos en seguridad, retornar a la cultura es una apuesta política y social. Al fomentar espacios como este concierto, la Cámara de Diputados no solo abre sus puertas al arte, sino que fortalece su vínculo con la sociedad.
El cierre cultural en San Lázaro, con el “Aleluya del Mesías” de Handel resonando en la explanada, recordó que la política no tiene que estar peleada con el arte. Por el contrario, ambas pueden construir un camino conjunto hacia una sociedad más equilibrada y consciente.