La reciente visita del rey Carlos III a Australia estuvo marcada por un momento de tensión cuando la senadora indígena Lidia Thorpe lo confrontó públicamente en el Parlamento, acusándolo de genocidio y exigiendo la devolución de tierras aborígenes.
Durante su visita oficial a Australia, el rey Carlos III fue recibido con una mezcla de entusiasmo y críticas. Sin embargo, uno de los momentos más llamativos ocurrió cuando la senadora Lidia Thorpe, representante de las comunidades indígenas, interrumpió su discurso en el Parlamento australiano. “¡Usted no es nuestro rey! ¡Devuélvanos nuestra tierra!”, exclamó Thorpe, acusando a la monarquía británica de genocidio contra los pueblos aborígenes.
Thorpe, conocida por su activismo en favor de los derechos indígenas, aprovechó la visita del monarca para visibilizar las heridas históricas que aún dividen a Australia. Desde la colonización británica, los aborígenes han sufrido la pérdida de sus tierras y, hasta la fecha, no existe un tratado formal entre el gobierno australiano y los pueblos originarios. La senadora exige el reconocimiento de este pasado doloroso y busca justicia para las comunidades que representa.
La intervención de Thorpe generó opiniones divididas. Mientras algunos sectores, especialmente los defensores de los derechos indígenas, la apoyaron y vieron su protesta como un acto valiente, otros consideraron que fue un gesto inapropiado. La Liga Monárquica Australiana pidió su renuncia, argumentando que su comportamiento fue una falta de respeto hacia la institución y el rey.
Por su parte, el primer ministro Anthony Albanese, aunque republicano, ofreció una recepción formal al rey, destacando su compromiso con temas como el cambio climático. Sin embargo, la protesta de Thorpe ha reavivado el debate sobre la monarquía en Australia y la relación del país con su historia colonial.
El incidente con Carlos III no solo puso sobre la mesa las tensiones históricas, sino que también ha impulsado conversaciones sobre el futuro de Australia como república y los derechos de las comunidades indígenas. Aunque el primer ministro ha señalado que no habrá un plebiscito sobre la república en el corto plazo, la presión pública podría hacer que el tema regrese al centro de la discusión política.
La confrontación de Lidia Thorpe con el rey Carlos III fue más que una protesta: fue un recordatorio de las profundas divisiones que aún persisten en Australia en torno a su pasado colonial. A medida que el país debate su futuro, la exigencia de justicia para los pueblos indígenas será un tema clave en los próximos años.