CDMX a 01 de marzo del 2022.-La percepción del tiempo es subjetiva y por lo general se es consciente de su paso a través de ciertos cambios. En un momento donde las cuarentenas obstaculizaron la realización de diferentes actividades en todo el mundo, las personas debieron quedarse encerradas como medida preventiva y las clases fueron suspendidas, el tiempo pudo correr más lento.
Así lo explicó el académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ricardo Trujillo quien indicó, en un artículo divulgado por la casa de estudios, que vivimos en una «sociedad presentista», con gusto por la inmediatez y que el tiempo se valida por las distintas actividades realizadas.
«Cuando entramos en una situación de pandemia y confinamiento se nos hace que de repente no hicimos tantas cosas porque no hubo cambios», dijo.
La edad influye de forma considerable en la percepción del tiempo. No es lo mismo una semana para un adulto que para un niño.
El especialista explicó que para un niño de cinco años de edad, un año de vida representa un 20% de su existencia, un período en el que incorpora constantemente nuevos conocimientos.
Lo contrario sucede con un adulto de 40 o 50 años de edad, para quienes no se producen tantos cambios.
Consultados al respecto, trabajadores mexicanos de ciertos rubros llegaron a sentir que el tiempo pasaba muy lento durante el aislamiento.
El estrés, el aburrimiento, la tristeza y la depresión tienen influencia en esa sensación aunque depende de cómo cada individuo construye su vida: si las personas generaron indicadores que los hicieran sentir el paso del tiempo o, por el contrario si todos los días eran iguales, la percepción es diferente.
A su vez la falta de socialización con amigos y familiares influyó en un cambio de percepción pero también fomentó la posibilidad del reencuentro.
Mientras que algunas personas vieron al confinamiento como una especie de castigo, «de repente mucha gente lo que tuvo fue tiempo para pasar con su familia».
Tomado de Sputnik.