La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el fin de la emergencia por la COVID-19, declarada hace más de tres años, un hito en el proceso errático del fin de una pandemia que ha dejado un saldo de millones de personas fallecidas en todo el mundo. Sin embargo, la OMS advirtió que la decisión de levantar la emergencia no significa el fin de la pandemia y alertó a los países para que no tomen esto como una razón para desmantelar los sistemas de respuesta contra la covid.
En todo el mundo, hasta el 3 de mayo se habían notificado a la OMS 765,222,932 casos confirmados de covid, incluidas 6,921,614 muertes. Sin embargo, estas cifras son muy inferiores al número real de víctimas de la pandemia. “Sabemos que el número real es varias veces mayor, al menos 20 millones”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La OMS destacó que la COVID-19 ha sido mucho más que una crisis de salud, ha causado una grave inquietud social, paralizado economías, cerrado fronteras, clausurado escuelas y ha dejado millones de personas en aislamiento. Además, ha expuesto y exacerbado las fallas políticas dentro y entre las naciones, ha erosionado la confianza entre personas, gobiernos e instituciones y ha dejado al descubierto las desigualdades de nuestro mundo.
La líder técnica en covid de la OMS, Maria Van Kerkhove, calificó como emotivo el momento y destacó que “no podemos olvidar las imágenes de las UCI de los hospitales desbordadas, las imágenes de guantes médicos llenos de agua tibia sosteniendo las manos de nuestros seres queridos que fallecieron”.
La OMS hizo un llamado a no bajar la guardia en la lucha contra la pandemia y continuar aplicando medidas de salud pública, como la vacunación y el uso de mascarillas, hasta que se logre el control total de la pandemia.