Este 5 de octubre se cumplirán 82 años del fallecimiento de uno de los compositores mexicanos más queridos y de mayor resonancia en el mundo: Silvestre Revueltas Sánchez, autor de referencias obligadas en la música mexicana, como La noche de los mayas, Sensemayá, Janitzio y Redes, entre otras.
Silvestre Revueltas falleció el 5 de octubre de 1940 a causa de una bronconeumonía. Fue velado en el Conservatorio Nacional de Música y sepultado en el Panteón Francés, donde Pablo Neruda leyó su poema A Silvestre Revueltas de México en su muerte. En 1976 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres.
A más de ocho décadas de su deceso, el legado musical del compositor ha trascendido en el tiempo. Sus partituras se interpretan y escuchan tanto en salas de concierto de México y el mundo, como en salas de cine, ya que musicalizó películas nacionales y extranjeras, por lo que se mantiene como uno de los más influyentes representantes de la corriente musical nacionalista mexicana.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lo recuerdan en esta fecha como uno de los más importantes y queridos compositores del siglo XX, difundiendo su obra musical, breve pero significativa y contundente, símbolo hoy de México ante el mundo.
Además de que su obra es parte fundamental del repertorio de las principales orquestas sinfónicas de México y países de Latinoamérica, su legado ha sido difundido ampliamente. En especial se recuerda al violinista e investigador Sergio Ortiz, fallecido en 2019, como uno de sus más fervientes impulsores.
Sergio Ortiz comentó en alguna ocasión: “Revueltas es un pilar de la música de concierto de México y su obra contribuyó de manera definitoria a la evolución del nacionalismo musical de nuestro país, movimiento que tomó en cuenta la expresión tradicional y popular para que, mediante el tratamiento de las formas establecidas de la cultura musical occidental, pudiera adquirir una imagen y presencia diferentes.
“Compositor autodidacta que contó con una escasa producción musical, pero muy valiosa, fue un creador que realizó prácticamente su repertorio en los años treinta, época del nacionalismo mexicano. Escribió música acorde a la dinámica social de su tiempo. Sin discusión alguna, se trata del compositor genial que le dio una identidad al paisaje sonoro mexicano, por lo que su sonido es inconfundible”.
Silvestre Revueltas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 31 de diciembre de 1899; fue considerado un niño prodigio, ya que a los 11 años de edad dio su primer recital de violín, instrumento que siguió estudiando (al igual que composición) en el Conservatorio Nacional de Música del Inbal. Sus primeras obras datan de 1915, en plena Revolución Mexicana.
A los 17 años, a instancias de su padre, Gregorio Revueltas, ingresó en la escuela jesuita de St. Edwards en Texas, donde descubrió la música de Claude Debussy, quien fue una de sus grandes influencias.
Al tiempo que adquiría una intensa formación musical, se conectó con los movimientos políticos de izquierda. Volvió a México en 1923, justo cuando el secretario de Educación, José Vasconcelos, emprendía las misiones culturales que llegaron a todos los rincones del país. En esta época, se hizo amigo de otro gran compositor: Carlos Chávez.
Tras varios años como destacado violinista concertista, Revueltas se reveló como un gran compositor. En 1929, su amigo Carlos Chávez creó la Orquesta Sinfónica de México e invitó a Revueltas a unirse a ella como asistente, lo cual le dio la oportunidad de dar a conocer sus propias composiciones.
Sus obras más importantes y reconocidas se dieron entre 1930 y 1940: La noche de los mayas, Sensemayá, Esquinas, Janitzio y Redes, entre otras, que lo dieron a conocer en el mundo y lo convirtieron en uno de los primeros compositores de música para el séptimo arte.
En 1936 se le nombró presidente del Comité Ejecutivo de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), la principal organización de los artistas mexicanos de izquierda que se manifestaba abiertamente en contra del fascismo y el imperialismo, y en defensa del sindicalismo.
Su obra Homenaje a Federico García Lorca se estrenó en el Palacio de Bellas Artes en 1936, tres meses después del asesinato del poeta español, y Sensemayá se convirtió en una de las composiciones mexicanas más importantes y en la más popular de su autor en la actualidad.
Tan solo recordar que esta pieza ha sido dirigida por las batutas más relevantes del siglo XX, como Leopold Stokowski, Leonard Bernstein, Eduardo Mata, Esa-Pekka Salonen o Gustavo Dudamel, entre los más sobresalientes de los últimos 100 años. A esas obras le siguieron La noche de los mayas y otras para el cine. También escribió las partituras para las cintas Los de abajo y ¡Que viene mi marido!
Al momento de su muerte (5 de octubre de 1940), Revueltas trabajaba en la creación de la música de una coreografía inspirada en los grabados de José Guadalupe Posada: La coronela, obra que dejó trunca y de la que se han presentado al menos dos orquestaciones por parte de destacados músicos mexicanos.