La nueva temporada de Black Mirror arranca con una crítica brutal a la publicidad invasiva

La séptima temporada de Black Mirror ya está disponible en Netflix, y su primer episodio, «Una pareja cualquiera» («Common People»), ha dejado a la audiencia con la boca abierta. Esta entrega retoma las raíces más oscuras de la serie, explorando cómo la tecnología puede invadir incluso los rincones más íntimos de nuestra mente.​

 

En este episodio, Amanda (Rashida Jones), una maestra diagnosticada con un tumor cerebral, se somete a un tratamiento experimental ofrecido por la empresa Rivermind. La intervención reemplaza la parte afectada de su cerebro con material sintético, lo que desencadena consecuencias inesperadas: Amanda comienza a recitar anuncios publicitarios de forma involuntaria, como si su mente hubiera sido colonizada por la publicidad.

 

Su esposo, Mike (Chris O’Dowd), desesperado por pagar una suscripción premium que suprima estos anuncios, recurre a medidas extremas, incluyendo autolesionarse en un sitio de streaming para obtener dinero. La trama critica ferozmente los modelos económicos actuales que extienden la lógica de la suscripción a todas las esferas de la vida, incluso a la salud.

 

Las redes sociales se han llenado de comentarios sobre este episodio. Un usuario en X expresó: «El primer episodio de la nueva temporada de BLACK MIRROR critica a TikTok e incluso a sí mismo y a otros servicios de streaming que siguen aumentando sus precios para poder elegir no tener publicidad. Terminé … «. ​

 

Este episodio no solo ofrece una crítica a la omnipresencia de la publicidad, sino que también plantea preguntas inquietantes sobre la pérdida de control personal y la invasión de la privacidad en la era digital. Una entrega que, sin duda, invita a reflexionar sobre hacia dónde nos dirigimos como sociedad.​

 

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