El maíz, un tesoro ancestral que nutre al mundo, tiene sus raíces profundamente arraigadas en México, específicamente en la región central. Su historia es una fusión de plantas silvestres como el teocintle o teosinte, que se convirtieron en una fuente de alimento crucial para las civilizaciones antiguas.
La evidencia más antigua de su cultivo se ha encontrado en la cueva de Guila Naquitz, en Oaxaca, datando de hace 6,250 años, lo que demuestra su importancia milenaria. Los nahuas de Mesoamérica lo llamaban «Centli», pero a medida que se propagaba por el continente americano, adquiría diversos nombres como choclo, jojoto, corn, milho o elote, y finalmente, maíz, gracias a la adaptación fonética de «mahís» por parte de los españoles.
A pesar de las disputas sobre su origen exacto, se considera que el maíz fue una de las primeras plantas cultivadas en el mundo. Algunos expertos sugieren que pudo haberse originado de una antigua forma salvaje de maíz nativo, extinta en la actualidad, en las alturas de México o Guatemala. Otra teoría señala Asia, específicamente la región del Himalaya, como su posible cuna, resultado de un cruzamiento entre Coix spp. y algunas Andropogóneas, probablemente especies de Sorghum. No obstante, la teoría más ampliamente aceptada es que el maíz se originó en México, donde ha coexistido con el teosinte desde tiempos remotos, y ambas especies presentan una diversidad asombrosa.
En la antigua Mesoamérica, los olmecas y los mayas cultivaban numerosas variedades de maíz, utilizándolo de diversas maneras, desde cocinarlo hasta molerlo o procesarlo mediante la nixtamalización. Para los mayas, el maíz era el pilar de su cultura, representando su sustento diario e incluso formando parte de su mitología.
Hoy en día, el maíz sigue siendo un elemento esencial en la vida de México y del mundo. Su legado cultural y su importancia en la alimentación y la historia de las civilizaciones antiguas nos recuerdan su inmenso valor. El maíz es más que un alimento; es un tesoro ancestral que merece ser protegido y celebrado por su profunda influencia en nuestras vidas y culturas.