Por Bruno Cortés
La política mexicana, especialmente en el ámbito local, se llena de historias que no siempre llegan a las grandes portadas, pero que reflejan las tensiones y las dinámicas de poder que se juegan día a día. Un claro ejemplo de esto se está viviendo en el municipio de Cadereyta de Montes, en Querétaro, donde la presidenta municipal, Astrid Ortega Vázquez, se encuentra enfrentando una huelga laboral que, según ella, no solo responde a un problema sindical, sino a intereses políticos y económicos mucho más profundos. La huelga, que comenzó el 14 de febrero y duró 49 días, ha paralizado por completo al ayuntamiento, generando un sinfín de complicaciones para los ciudadanos.
Lo que comenzó como una demanda por una deuda de 20 millones de pesos al sindicato de trabajadores, rápidamente se convirtió en un tema mucho más grande. Según Ortega Vázquez, la huelga está directamente relacionada con la lucha por el control del agua en el municipio, un recurso que, en Cadereyta, parece estar en manos de grandes empresas, con contratos millonarios que, según la alcaldesa, no benefician a la comunidad. La presidenta municipal denunció que el cabildo no está dispuesto a renovar estos contratos y que ha habido un esfuerzo por parte de actores del gobierno del estado para frenar sus esfuerzos de transformar la administración local.
Gilberto Herrera Ruiz, diputado de Morena, se sumó al apoyo de la alcaldesa y calificó la situación como una clara muestra de cómo el gobierno estatal, encabezado por el gobernador Mauricio Kuri, está saboteando los avances del municipio. Para Herrera Ruiz, este conflicto no es solo una cuestión laboral o política, sino que refleja una lucha de poder, donde lo que está en juego es la posibilidad de que el municipio avance sin la sombra de intereses que priorizan el lucro por encima del bienestar de la gente. “Lo que está en juego es terminar con negocios que van a costa de los servicios públicos para la ciudadanía y, especialmente, en el tema del agua», afirmó el diputado. «Eso en la Cuarta Transformación no cabe y no lo vamos a permitir».
La presidenta Ortega Vázquez también hizo énfasis en que esta huelga tiene un trasfondo que va más allá de los temas sindicales. Para ella, el verdadero objetivo de las movilizaciones es frenar los esfuerzos de su administración, que ha buscado poner en evidencia las malas prácticas que persisten en la región, sobre todo en relación al manejo del agua, un recurso vital para la zona. “Nuestro cabildo no está en disposición de renovar el contrato millonario de estas empresas que se llevan el agua de la zona norte de nuestro municipio”, explicó la alcaldesa. Y añadió que, a pesar de sus esfuerzos por trabajar de manera cercana con los ciudadanos a través de sus conferencias “Los jueves del pueblo”, ha sido ignorada por el gobernador y ha sufrido un constante ataque mediático.
Los cuestionamientos de Ortega Vázquez no se quedan solo en los intereses económicos. También denunció lo que considera una clara violencia política de género por parte del gobierno estatal, acusando que los medios de comunicación que la atacan están financiados por el propio gobierno de Kuri. “Hemos descubierto, a raíz de solicitudes de información, que los medios que nos han estado constantemente golpeando están pagados por el gobierno del estado», señaló.
Este conflicto pone en evidencia un aspecto crucial de la política local: cómo los intereses económicos y políticos se entrelazan, afectando la vida cotidiana de los ciudadanos. En este caso, el agua, un recurso que debería ser un derecho para todos, se ha convertido en una moneda de cambio en un juego de poder que enfrenta a actores locales, regionales y hasta nacionales.
El llamado de los diputados federales, como Guillermo Rafael Santiago Rodríguez, a que cese el hostigamiento al municipio de Cadereyta es claro: el gobierno estatal no puede seguir ignorando las demandas de la gente. El conflicto, si no se resuelve pronto, podría tener implicaciones graves no solo para la administración local, sino también para el futuro de la política en Querétaro. ¿Será posible que la Cuarta Transformación logre superar los obstáculos impuestos por los intereses del pasado, o este será otro capítulo más en la lucha por el control de los recursos y el poder en el estado?