CDMX, 17 de enero de 2023.- El alza de precios observada desde finales del 2021 se ha caracterizado por tener un efecto altamente regresivo, es decir, afecta desproporcionadamente a quienes menos tienen, advierte el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El año 2022 finalizó con la inflación más alta para un diciembre en más de dos décadas, en un 7.82 por ciento, revela el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
A lo largo del 2022, la inflación se mantuvo por encima del 7 por ciento.
Aunque la inflación mostró signos de desaceleración hacia finales del año pasado, persiste la carestía en productos alimentarios, lo que ha provocado que el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos sea afectado en mayor medida, señala el IMCO.
El organismo ha analizado las diferencias entre los patrones de consumo de los mexicanos y el aumento proporcional en el gasto enfrentado por los hogares a raíz de la inflación, distinguiendo conforme al nivel de ingreso, y ha encontrado que el incremento en los precios de los bienes y servicios ha afectado más a los hogares que perciben un menor ingreso.
Lo anterior se debe principalmente a que los hogares con menores ingresos destinan una fracción mayor del gasto a la compra de alimentos, que ha sido precisamente el rubro con mayor incremento en precios.
En particular, los hogares con ingresos bajos dedican la mitad de sus gastos totales a la compra de alimentos, bebidas y tabaco. En contraste, los hogares de altos ingresos dedican sólo el 28 por ciento de su gasto a la compra de estos bienes.
A raíz de esas diferencias en la distribución del gasto de los hogares de bajos, medios y altos ingresos, el aumento en el costo de la canasta de consumo promedio ha sido mayor para los hogares de menores ingresos desde mediados del 2021.
El IMCO explica que hacia finales del año pasado, la inflación mostró signos de desaceleración. En los últimos tres meses del 2022, las tasas anuales de inflación fueron ligeramente menores a las de meses anteriores.
Con ello, desde septiembre, cuando la inflación enfrentada en el gasto de los hogares de bajos ingresos fue 2.53 puntos porcentuales mayor a la de los hogares de altos ingresos, ha comenzado a reducirse también la brecha del impacto negativo al poder adquisitivo de los hogares.