El maíz, uno de los cultivos más importantes y versátiles del mundo, ha sido objeto de un enigmático debate científico sobre su origen. Aunque algunos investigadores han planteado la posibilidad de que este cereal se haya originado en la región del Himalaya, esta teoría se encuentra en minoría frente a la creencia más ampliamente aceptada de que el maíz tuvo su génesis en México, específicamente en la región central del país.
El maíz, conocido científicamente como Zea mays, es un componente esencial en la dieta de muchas culturas alrededor del mundo y desempeña un papel fundamental en la seguridad alimentaria global. La pregunta de dónde y cómo surgió este cultivo ha intrigado a los científicos durante décadas.
Una de las teorías minoritarias sugiere que el maíz pudo haberse originado en la región del Himalaya como resultado de un cruzamiento entre Coix spp. (también conocido como Job’s tears) y algunas especies de Andropogóneas, posiblemente especies de Sorghum. Estos parentales se caracterizan por tener cinco pares de cromosomas y, según esta teoría, habrían dado origen al maíz en el lejano oriente.
Sin embargo, la teoría más aceptada y respaldada por la comunidad científica sostiene que el maíz se originó en México, específicamente en la región central del país. Se cree que el maíz se desarrolló a partir de la fusión de plantas que crecían en estado silvestre, como el teocintle o teosinte, que es una especie de gramínea que aún se encuentra en la región mesoamericana.
El teosinte, con sus pequeñas mazorcas y pocas semillas, fue el antecesor del maíz tal como lo conocemos hoy en día. A través de selección natural y domesticación por parte de las antiguas culturas mesoamericanas, como los aztecas y los mayas, el teosinte fue transformado gradualmente en el maíz que se convirtió en un alimento básico en la dieta de muchas civilizaciones precolombinas.
En resumen, mientras que existe una teoría minoritaria que sostiene un posible origen en el Himalaya, la mayoría de los expertos respaldan la teoría de que el maíz se originó en México, donde se domesticó a partir de plantas como el teosinte. Este debate continúa siendo un tema apasionante en la historia de la agricultura y la alimentación, recordándonos la rica diversidad y complejidad de los orígenes de nuestros cultivos más importantes.