Los concursos de belleza, que han sido parte de la sociedad durante más de un siglo, han experimentado cambios y transformaciones significativas a lo largo de los años.
Desde sus orígenes en la mitología griega y las tradiciones paganas vinculadas al inicio de las cosechas, hasta los modernos certámenes nacionales que surgieron en la década de 1920, estos eventos han reflejado y a veces desafiado las normas culturales y los estándares de belleza.
El primer concurso de belleza moderno en Estados Unidos fue organizado en 1854 por P.T. Barnum, un reconocido showman de la época.
Sin embargo, el primer concurso de belleza «oficial» fue Miss America, que tuvo lugar en Atlantic City, Nueva Jersey, en 1921.
Desde entonces, los concursos de belleza han evolucionado para incorporar rasgos de personalidad, inteligencia, talento y respuestas a las preguntas de los jueces como criterios juzgados.
Miss Universo, uno de los concursos de belleza más conocidos y populares, fue creado en 1950 después de que la Miss América de ese año, Yolande Betbeze, se negara a posar en bikini.
Desde su primera edición en 1952, el evento ha sido realizado cada año y fue televisado por primera vez en 1955.
A lo largo de los años, Miss Universo ha sido testigo de la evolución de la estética femenina y ha experimentado su propia evolución, incluyendo la inclusión de una mujer transgénero, Ángela Ponce de España, en 2018.
A pesar de su popularidad, los concursos de belleza han sido objeto de críticas y controversias. Algunos argumentan que estos eventos promueven una visión estrecha de la belleza, perpetúan estándares de belleza inalcanzables y pueden socavar los avances alcanzados en la construcción de una sociedad más equitativa.
Además, han habido varios incidentes polémicos que han manchado la reputación de estos concursos, desde problemas con drogas hasta comentarios ofensivos en las redes sociales.
A pesar de estas críticas, los concursos de belleza siguen siendo una plataforma importante para muchas mujeres. Algunos sostienen que estos eventos ofrecen a las mujeres la oportunidad de alzar la voz y trabajar en proyectos que pueden tener un impacto en la sociedad.