La educación en igualdad y el abordaje de la violencia de género en las escuelas es eficaz para disminuir el riesgo tanto de ejercer como de sufrir maltrato. Sin embargo, en muchas ocasiones, las actividades enfocadas a promover la igualdad llegan tarde, cuando las conductas de violencia o de control ya han sido desarrolladas en los jóvenes y son complicadas de corregir.
Así lo explicó la catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), María José Díaz-Aguado, directora del informe «La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia», un estudio en el que participaron 13.267 adolescentes de entre 14 y 20 años y que deja de manifiesto que, pese a que hay avances, no son lo suficientemente rápidos.
La formación en igualdad es eficaz
El asesinato hace algunas semanas de una chica de tan solo 17 años a manos de su expareja, de 19, en Totana (Murcia), volvió a recordar que la violencia machista afecta también a los más jóvenes y que es necesario contar con herramientas para detectar las señales de riesgo.
«Nadie nace siendo un maltratador«, subrayó Díaz-Aguado, que destacó que la formación en igualdad es eficaz en los jóvenes, ya que les hace tomar conciencia de lo que supone el maltrato y se dan cuenta de que ellos no quieren ser así.
El problema es que esta educación no siempre llega a tiempo. En la escuela, las actividades destinadas a la construcción de la igualdad y la prevención del sexismo se suelen trabajar en 3º o 4º de la ESO, es decir, cuando los jóvenes tienen entre 14 y 15 años.
Primeras relaciones con 13 años
«Es demasiado tarde«, lamentó. Y explica las razones: los chicos suelen iniciar sus primeras relaciones de pareja con 13 años -a los 12 de media en el caso de aquellos que han vivido la violencia machista contra sus madres- con lo que han tenido tiempo para desarrollar conductas machistas, de violencia o de control con sus primeras parejas.
Según relató Díaz-Aguado, los chicos que ejercen esta violencia lo hacen de manera muy temprana, desde las primeras relaciones, y una vez que desarrollan las conductas machistas es mucho más complicado corregirlas.
La educación en igualdad no es sólo útil para ellos, también lo es en el caso de las mujeres y, en especial, en aquellas que han sufrido la violencia machista en sus madres. «El riesgo de sufrir violencia disminuye si estas chicas, más vulnerables ‘a priori’, han abordado el tema en clase».
Desde la etapa de infantil
Por eso, esta experta recomienda trabajar desde la etapa de infantil la educación en igualdad, en colaboración con la familia, y sustituir los estereotipos machistas.
Cree conveniente que la prevención específica de la violencia de género se empiece a tratar como tarde a partir de 1º de la ESO y recomienda que se haga partícipes a los chavales de cómo empieza esta violencia, cómo evoluciona, cuáles son las primeras conductas de riesgo,de control, de intimidación y se combatan «viejas ideas» del tipo «quien bien te quiere, te hará sufrir».
«Si este tratamiento específico que ayuda a tomar conciencia de cómo empieza la violencia machista comienza a abordarse en 1º de la ESO, probablemente llegue también a los chicos en situación de riesgo«, recalcó.
Según el informe «La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia en España» casi la mitad de los encuestados dice haber trabajado en la escuela estos conceptos, un porcentaje que ha aumentado en los últimos años, pero en el que tenemos que avanzar mucho más, tal y como señaló Díaz-Aguado.
«Vamos aumentado esta cifra a punto porcentual por año, así que tardaríamos 50 años en alcanzar al 100 % de la población. No nos lo podemos permitir», advirtió. «El objetivo es llegar lo antes posible a toda la población y llegar a los jóvenes antes de que abandonen la escuela».
Con información de Efeminista