Por Bruno Cortés
Hoy, en un día cargado de política y seguridad, el Palacio Nacional fue el escenario de una reunión clave entre figuras de peso dentro del gobierno mexicano.
La disputa pública entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal llevó a estos dos líderes camerales a buscar una salida, no sin antes sentarse con la poderosa secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.
El pleito, que parecía más un choque de egos, (de ver quien manda en el legislativo, un golpe sobre la mesa) que de ideologías, se tornó en una oportunidad para reafirmar cómo serán las negociaciones en la cúpula del gobierno de México de ahora en adelante.
Según reportes, tanto Fernández Noroña como Adán Augusto López llegaron a Palacio Nacional para una reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum, buscando calmar las aguas después de la tormenta mediática.
El propio Monreal, en un post de X, trató de poner paños fríos a la situación, declarando que «La política será siempre el arte de buscar acuerdos y entendimientos en favor de la población. Sin estridencia ni confrontación, nos reunimos la Lic. Rosa Icela Rodríguez, el Sen. Adán Augusto López y yo, para hacer política por el bien del país y del movimiento que representamos.»
Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum no dejó pasar la oportunidad de abordar el tema en su conferencia matutina.
Desde el Palacio Nacional, Sheinbaum minimizó el conflicto, calificándolo de «malentendido» y asegurando que, a pesar de las diferencias, hay unidad en el Movimiento de Transformación.
«No puede haber discusiones por recursos y si hay alguna irregularidad, deben presentarse las denuncias correspondientes», declaró, instando a los legisladores a regresar a sus terrenos y llevarsela calmada.