CDMX a 5 de febrero, 2024.- A 107 años de su promulgación, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 sigue siendo el pilar sobre el cual se asienta la estructura legal y social de la nación. Este documento, que emergió de las cenizas de la Revolución Mexicana, no solo reformó la Carta Magna de 1857 sino que también introdujo conceptos revolucionarios en su época, como la separación entre el Estado y la Iglesia, y los derechos agrarios, educativos y laborales.
La Constitución de 1917, reconocida por ser la primera en el mundo en incluir derechos sociales en su texto, marcó un antes y un después en la historia constitucional de México y en la internacional, sirviendo de modelo para futuras legislaciones progresistas.
Consta de 9 títulos y 136 artículos, y aunque ha sido objeto de múltiples reformas, su esencia sigue vigente, reflejando los anhelos y aspiraciones de la sociedad mexicana.
Este 5 de febrero, la ausencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la ministra Norma Lucía Piña Hernández en la ceremonia conmemorativa en Querétaro no pasó desapercibida. Sin embargo, la relevancia de la Constitución no se ve mermada por la presencia o ausencia de figuras políticas actuales, sino que se mantiene por su impacto perdurable en la vida de los mexicanos.
La Constitución de 1917 es un testimonio de la transformación de México hacia un Estado moderno y democrático, que ha sabido adaptarse a los cambios sociales y políticos a lo largo de más de un siglo, manteniendo su vigencia y relevancia en la actualidad.