La comunidad de inteligencia de Estados Unidos le requiere al Congreso más de 93 mil millones de dólares para su actividad en 2023. Este año el presupuesto fue de 89 mil millones. En el documento sometido al Comité de Inteligencia del Capitolio se hace especial énfasis en la necesidad de aplacar el accionar de Rusia y China en América Latina.
Este gasto se divide entre la inteligencia civil (fundamentalmente la CIA) que para el año que viene reclama 67 mil millones de dólares y la inteligencia militar (el Pentágono) que va por 26 mil millones de dólares.
Actualmente la CIA es conducida por William Burns, un diplomático de carrera con mucho peso en la región. Trabajó con George W. Bush y con Barack Obama y fue embajador en Rusia y Jordania. Semanas atrás se reunió a solas con Gustavo Petro en Bogota y fue quien adviritó a Jair Bolsonaro de graves consecuencias si no reconocía el triunfo de Lula Da Silva.
El documento precisa, entre varios objetivos, limitar el rol de China y Rusia en grandes proyectos de infraestructura en la región, hace especial foco en la construcción y modernización de puertos por parte China ya que entiende que eso le otorga ventajas irregulares sobre Washington en el terreno comercial. Actualmente hay participación de empresas chinas en los puertos de Manzanillo (México), Chancay (Perú), Paranagua (Brasil) y Kingston (Jamaica), entre otros.
Se requiere también presupuesto para el item de «seguridad alimentaria», un asunto reiteradamente planteado por el presidente Joe Biden que básicamente pretende que el continente sea lo menos dependiente posible de insumos alimentarios de otros bloques comerciales. Este tema fue ámpliamente comentado en la pasada Cumbre de las Américas en Los Ángeles.
También se mencionan nuevas inversiones para perfeccionar el sistema de sanciones comerciales aplicadas a socios de Rusia y China en la región, punto que abarca a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Otra sección plantea un trabajo conjunto con la Secretaria de Comercio para identificar acuerdos comerciales que sean un problema de seguridad nacional para Estados Unidos, un punto que es determinante para México por su condición de país de frontera.
También se menciona la posibilidad de que Irán, China o Rusia estén transportando insumos para crear una plataforma de lanzamiento de misiles en zonas de influencia de Estados Unidos.