Después de 91 años desde aquel fatídico 5 de abril de 1933, La Casa de Aramberri, conocida por su oscura historia de crimen, reabre sus puertas como un encantador restaurante y museo. Situada en el corazón de Monterrey, esta emblemática propiedad ha sido un misterio para generaciones, atrapando la imaginación de los regiomontanos a través de leyendas y relatos de su trágico pasado.
Un Espacio Histórico con Encanto
La Casa de Aramberri, ubicada en el 1026 oriente de la calle Aramberri, ha pasado por un meticuloso proceso de restauración que respeta su infraestructura original. Kenia Moreno, la encargada del nuevo establecimiento, comenta que, tras años de negociaciones con los propietarios, se logró abrir este espacio manteniendo su esencia. “Se trató de conservar las paredes y los muebles antiguos, algunos de los cuales datan de 1883. Entrar aquí es como viajar en el tiempo a 1933”, expresa Moreno con entusiasmo.
Los visitantes no solo podrán degustar platillos como hamburguesas y otras delicias en un ambiente cargado de historia, sino que también tendrán la oportunidad de recorrer cada rincón de la casa, desde las recámaras hasta el inmenso patio, donde un antiguo escenario ha sido restaurado y será un lugar perfecto para disfrutar de una comida al aire libre.
Un Recuerdo de la Tragedia
La historia de La Casa de Aramberri está marcada por el trágico asesinato de Antonia Lozano y Florinda Montemayor, quienes fueron víctimas de un robo que terminó en un crimen horrendo. El padre de la familia, Delfino Montemayor, fue quien encontró los cuerpos, y a través de un loro que repetía la frase «No me mates, Gabriel», se logró identificar a uno de los culpables, revelando un misterio que había permanecido en la memoria colectiva de Monterrey.
A pesar de su oscuro pasado, la casa ha sido un testigo silencioso del tiempo, desde que Delfino Montemayor vivió en ella hasta su muerte en 1957, pasando por distintas etapas, incluyendo su transformación en un consultorio dental y su posterior abandono en 1985.
Un Futuro Respetuoso
El nuevo restaurante y museo abrirá sus puertas este miércoles, ofreciendo una experiencia única a quienes deseen conocer más sobre su historia. Moreno destaca la importancia de que los visitantes respeten el mobiliario y la herencia de la familia, asegurando que cada elemento dentro de la casa tiene un valor histórico y emocional.
“Pedimos mucho respeto hacia los objetos y el espacio. Queremos que la Casa de Aramberri siga en las mejores condiciones posibles”, añade. Con esta apertura, Monterrey no solo recupera un pedazo de su historia, sino que también celebra un nuevo capítulo en un lugar que ha permanecido en el olvido durante décadas. ¡No te pierdas la oportunidad de ser parte de esta experiencia única que fusiona la gastronomía con la historia!