En una jornada llena de debates y acuerdos, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con una aplastante mayoría de 408 votos a favor, el dictamen que modifica los artículos 4º y 27 de la Constitución Política de México. Este cambio impactará directamente a dos sectores cruciales: adultos mayores y campesinos de pequeña escala. ¿Qué significa esto en palabras simples? Vamos a desmenuzarlo.
Primero lo primero: a partir de esta reforma, las personas adultas mayores ahora podrán recibir su pensión a partir de los 65 años (en lugar de los 68 como era anteriormente). Esto representa un alivio para quienes están en esa etapa de la vida, pues podrán contar con un ingreso para sus gastos esenciales un poco antes. Además, las personas con discapacidad permanente menores de 65 años también recibirán una pensión no contributiva del Estado.
¿Y qué pasa con nuestros campesinos y pescadores? Esta reforma es un paso adelante en el reconocimiento de su trabajo. El Estado garantizará un jornal justo y permanente para quienes cultiven sus tierras con árboles frutales, maderables y especies que necesiten procesamiento. A esto se suma el apoyo anual directo y fertilizantes gratuitos para los productores de pequeña escala. Y no solo eso, también habrá un apoyo directo a pescadores que trabajen en pequeña escala.
Ahora bien, la reforma no se queda solo en las pensiones y apoyos. El Estado también se compromete a mantener precios de garantía para productos básicos como el maíz, frijol, leche, arroz y trigo harinero. Esto es vital, porque permite que los pequeños productores reciban un pago justo por su cosecha, algo que les dará mayor estabilidad y seguridad.
Ajustes en lo particular: De «familia» a «persona»
Durante la discusión de las reservas, se aceptó una propuesta de la diputada Lilia Aguilar Gil (PT) que modifica el artículo 4º de la Constitución. ¿Qué significa esto? Pues que, en lugar de hablar del derecho de «toda familia» a una vivienda digna, ahora se hablará del derecho de «toda persona». Un pequeño cambio con gran impacto. Además, el concepto de vivienda «digna y decorosa» se transforma en «vivienda adecuada», alineándose con estándares internacionales como la Agenda 2030 de la ONU y los lineamientos de ONU-Habitat.
Pero, ¿por qué es importante esta modificación? Según Aguilar Gil, la definición de «vivienda adecuada» no solo implica tener un techo, sino también que la vivienda sea accesible, habitable, asequible y adecuada culturalmente. Es decir, un hogar que cumpla con todas las necesidades básicas de las personas, y no solo un espacio físico.
Opiniones divididas, pero con acuerdos
En el debate, las posturas a favor de esta reserva dejaron claro que garantizar una vivienda adecuada es más que un ideal, es un derecho fundamental para mejorar la calidad de vida de todas las personas. La diputada Eunice Abigail Mendoza Ramírez (Morena) destacó que esto no debe verse como un privilegio, sino como una herramienta para que todas y todos puedan vivir con dignidad.
Por su parte, Carmen Rocío González Alonso, diputada del PAN, mostró su respaldo a la propuesta, señalando que cuando se trata del bienestar de los mexicanos, es posible llegar a acuerdos entre partidos. Y sí, puede haber diferencias, pero en este punto hubo consenso.
En resumen, esta reforma es un paso importante hacia un país más justo y equitativo, donde se reconocen los derechos de los adultos mayores, las personas con discapacidad, y los campesinos y pescadores que trabajan todos los días para sacar adelante a sus comunidades.