Por Bruno Cortés
Ciudad de México, 15 de junio de 2024 – Jesús Zambrano, dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), reconoció que su partido ya no existe después de la derrota electoral del 2 de junio, la cual le costó el registro como fuerza política. En declaraciones a la prensa, Zambrano admitió que «se cometieron errores en la coalición» que llevaron al PRD a esta debacle, aunque no dio mayores detalles. Atribuyó la caída de su partido a «diversos factores» que confluyeron para provocar su desaparición del mapa político mexicano.
Fin de una era para la izquierda
Fundado en 1989 como una escisión del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el PRD se consolidó como una de las principales fuerzas de oposición de izquierda en México durante décadas. Gobernó la Ciudad de México y tuvo una importante representación en el Congreso de la Unión. Sin embargo, en los últimos años el partido sufrió un desgaste y fragmentación, perdiendo terreno frente a otros partidos de izquierda como Morena. La derrota del 2 de junio, que le costó el registro, marca el fin de una era para esta agrupación política.
Lecciones para el futuro
Zambrano reconoció que el PRD deberá aprender de esta debacle para el futuro, aunque no detalló las acciones a tomar. Actualmente, el partido está en un proceso de reflexión y reestructuración, mientras sus militantes y simpatizantes se preguntan qué deparará el futuro para la izquierda mexicana. El aún dirigente del PRD señaló que la derrota se debió a “la ilusión óptica de las plazas públicas repletas, la conversación pública, la ‘marea rosa’ y algunas encuestas que nos colocaban en empate técnico”.
Durante una reunión con liderazgos del PRD y la corriente Nueva Izquierda, Zambrano explicó que la coalición opositora cometió múltiples errores. «Nunca hubo una estrategia de campaña discutida y acordada por todos: con la candidata, los partidos aliados y la representación de la sociedad civil». Expuso que el «cuarto de guerra» funcionó sin coordinación con las dirigencias partidistas y no hubo coordinaciones estatales para hacer una campaña unificada bajo el paraguas nacional de Xóchitl Gálvez.
A pesar de los importantes recursos financieros aportados a la campaña presidencial, la propaganda de los candidatos no incorporó la imagen de Gálvez, como sí lo hizo la candidata oficialista. «El diseño de las giras de nuestra candidata presidencial no se decidió con las direcciones nacionales. Además, nunca quedó claro cuál era el perfil de Xóchitl, qué representaba, qué ofrecía», añadió Zambrano.
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