Por Bruno Cortés
El primer debate para decidir quién será el próximo jefe de gobierno de la CDMX ya está en los libros de historia, chilangos. Y vaya que nos dejó con sabor de boca a drama, propuestas y hasta promesas de utopías. Clara Brugada, Santiago Taboada y Salomón Chertorivski subieron al ring, no precisamente para darse con todo, pero sí para convencernos de que cada uno tiene la receta secreta para mejorar nuestra querida ciudad.
Clara Brugada de la coalición Sigamos Haciendo Historia (sí, la de Morena y sus cuates) nos platicó de un futuro donde la movilidad no es un dolor de cabeza y la seguridad no es un meme. Imagínense, nos propone desde crear un sistema de cuidados que suena a abrazo calentito hasta soñar con 100 utopías urbanas. Y para los que tienen alma de artista, hasta quiere abrir una universidad dedicada a las artes.
Por otro lado, Santiago Taboada, el abanderado de Va por CDMX (esa mezcla de PAN, PRI y PRD que aún nos tiene rascándonos la cabeza), va de frente con la seguridad. Quiere blindar la ciudad como si fuera su coche favorito, y habla de extender el Metro hasta el mismísimo Estadio Azteca. ¿Quién dijo Mundial de Fútbol?
Y luego está Salomón Chertorivski, del que se sabe menos que de un episodio perdido de «La Rosa de Guadalupe», pero seguro que también tiene sus cartas para jugar en temas como seguridad, economía y lo social. Aunque, la verdad, nos dejó queriendo más detalles.
Este primer encuentro fue de todo menos aburrido. Entre Brugada y Taboada, las chispas volaban más que en lucha libre, cada quien defendiendo su esquina y prometiendo un futuro más brillante para la CDMX. Chertorivski, aunque más misterioso, seguro que también tiene lo suyo. Lo cierto es que este debate nos da una probadita de lo que será la contienda por el corazón de la ciudad.
Así que ahí lo tienen, compas. La carrera por la jefatura de gobierno está que arde, y este debate es solo el comienzo. ¿Quién conquistará al final a esta gran ciudad? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, no dejen de seguir el chisme político, porque esta novela apenas comienza.