A una semana de asegurar su nominación como candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris está redefiniendo el panorama político con una serie de mítines vibrantes y un impresionante aumento en las donaciones, en contraste con un Donald Trump que parece estancado en su intento por construir una narrativa convincente para captar a los votantes indecisos en los estados clave.
Este domingo, Harris realizó una destacada aparición en San Francisco, California, donde fue recibida con una ovación atronadora en un evento que recaudó la cifra récord de 12 millones de dólares. La vicepresidenta, en un discurso motivador ante 700 asistentes, subrayó la importancia de movilizar a los votantes y recordó que cada día cuenta en la recta final hacia las elecciones de noviembre. «Tenemos que tocar puertas, tenemos que registrar a la gente para que vote, tenemos que conseguir que la gente vaya a las urnas», exhortó Harris, instando a los presentes a no dar nada por sentado.
El apoyo a Harris ha sido notablemente robusto, como lo demuestra el respaldo histórico del Comité Político de LULAC, la organización hispana más antigua en Estados Unidos, que ha decidido apoyar por primera vez a un candidato presidencial en casi 100 años de existencia. Este respaldo subraya la fuerza creciente de Harris y el entusiasmo de la base demócrata en su camino hacia la presidencia.
En una movida estratégica, el presidente Joe Biden ha anunciado su intención de apoyar activamente la candidatura de Harris con una serie de eventos de campaña en estados clave como Pensilvania. Biden ha expresado su disposición a hacer «lo que sea que ayude más» para asegurar la victoria de Harris y ha revelado planes para un tour de mítines junto al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, quien también fue considerado como potencial compañero de fórmula para Harris.
En contraste, el expresidente Donald Trump parece estar encontrando obstáculos en su camino hacia la reelección. Aunque Trump ha intentado atraer la atención con propuestas como tres debates presidenciales en septiembre, su campaña se enfrenta a la difícil tarea de construir una narrativa que resuene con los votantes indecisos. Trump y su compañero de fórmula, el senador JD Vance, han sido criticados por su enfoque limitado en temas como la inmigración, mientras que el expresidente sigue insistiendo en la debilidad de Harris en la gestión de la frontera sur con México.
En una reciente conferencia de prensa en Mar-a-Lago, Trump propuso debates con Harris en fechas alternas, en lugar del originalmente programado para el 10 de septiembre en ABC. Trump también ha resaltado su propuesta de deportación masiva de indocumentados, sugiriendo que el proceso debería comenzar con un millón de deportaciones para abordar la inmigración ilegal de manera más efectiva.
Mientras tanto, JD Vance ha expresado su deseo de enfrentar al gobernador de Minesota, Tim Walz, en un debate para destacar las diferencias entre las campañas republicanas y demócratas. Vance ha subrayado la importancia de responder preguntas y participar en debates para contrastar las visiones de ambos lados.
La carrera presidencial avanza hacia una fase crítica con Harris consolidando su posición y el equipo de Trump enfrentando desafíos significativos. Con menos de 80 días para las elecciones, la competencia se intensifica y cada movimiento cuenta en la lucha por la Casa Blanca.