Por Juan Pablo Ojeda
En un giro significativo en la política comercial estadounidense, Kamala Harris, vicepresidenta de EE.UU. y candidata demócrata a la Casa Blanca, ha afirmado su compromiso de llevar a cabo una revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). A través de su cuenta en X, Harris recordó su voto en contra de este acuerdo durante su tiempo como senadora por California, destacando que el T-MEC no protege adecuadamente a los trabajadores estadounidenses.
“Como una de los 10 senadores que votaron en contra del T-MEC, sabía que este acuerdo no era suficiente para proteger a nuestro país y a sus trabajadores”, señaló Harris, dejando claro que su administración impulsará la revisión programada para 2026.
La vicepresidenta hizo hincapié en que muchos de los legisladores que apoyaron el tratado lo hicieron bajo la premisa de que habría un proceso de revisión. “Condicionaron su apoyo a un proceso de revisión, que como presidenta utilizaré”, afirmó, subrayando la importancia de este compromiso en su futura administración.
Harris no escatimó críticas hacia el acuerdo negociado durante la presidencia de Donald Trump, quien ahora se perfila como candidato republicano a la Casa Blanca. Según ella, el T-MEC ha contribuido a la pérdida de empleos en EE.UU., especialmente en sectores clave como la industria automotriz. “Una vez más, (Trump) repite el mismo manual y dice las mismas mentiras de siempre sobre cómo luchará por los trabajadores”, escribió.
La vicepresidenta argumentó que el acuerdo comercial facilitó que empresas como Stellantis incumplieran promesas a los trabajadores al subcontratar empleos en el extranjero. “¡Ya es suficiente! Los trabajadores estadounidenses merecen un líder que cumpla sus promesas y los apoye cuando sea necesario; y como presidente, traeré de vuelta los empleos de los trabajadores del sector automotor a este país”, proclamó Harris, delineando su visión de un futuro más prometedor para la clase trabajadora estadounidense.
Con estas declaraciones, Harris no solo establece una clara diferencia con su oponente, sino que también reafirma su compromiso con los trabajadores en un momento crítico de la política comercial norteamericana.