En busca de escapar del ajetreo urbano y sumergirse en la naturaleza, los habitantes de la metrópoli y los visitantes por igual a menudo olvidan que justo en la periferia de la Ciudad de México, existen maravillas subterráneas que esperan ser exploradas. Aquí les presentamos tres grutas fascinantes que ofrecen aventuras únicas en las profundidades de la tierra.
Grutas de la Estrella: A solo dos horas de la capital, cerca de Tonatico, Estado de México, estas grutas milenarias prometen un viaje a través del tiempo. Con un recorrido de un kilómetro iluminado por la mística forma de una estrella en la cima del cerro, los visitantes pueden sumergirse en un viaje de más de 50 mil años de antigüedad. Actualmente, la pandemia ha pausado su exploración, pero pronto abrirán sus puertas de nuevo.
Grutas Xoxafi: Hidalgo esconde este tesoro natural que ofrece no solo vistas estalagmitas sino también la adrenalina de una tirolesa interna. Las Grutas Xoxafi, accesibles tras un emocionante trayecto que incluye arrastrarse y hacer rapel, siguen abiertas al público, asegurando una aventura extrema y segura.
Gruta de los Herrera: En San Joaquín, Querétaro, se sitúa este enigma geológico. A casi cinco horas de la CDMX, este destino poco conocido alberga un universo subterráneo de seis salas con formaciones que evocan animales salvajes. Abierta a exploradores, es una parada obligatoria para los amantes de la geología y la naturaleza.
Mientras algunas de estas grutas están temporalmente fuera del alcance debido a la pandemia, otras dan la bienvenida a visitantes bajo estrictas medidas sanitarias. Se recomienda llevar ropa cómoda, zapatos adecuados para terreno irregular, y, sobre todo, un espíritu aventurero dispuesto a descubrir los secretos que yacen bajo nuestros pies.
Estas grutas cercanas a la CDMX son una prueba más de los tesoros ocultos que México ofrece, una invitación a explorar lo desconocido y a encontrar belleza en la oscuridad de nuestras raíces terrenales.