El Pueblo Mágico de Jerez, en Zacatecas, es sinónimo de música de tambora, edificios de cantera del siglo XIX, hilos de plata tejidos en arracadas, nieves de mango y tostadas de cueritos y los versos del poeta mexicano Ramón López Velarde. Todo esto se conjuga en un extenso y casi plano valle que marca la puerta de entrada al Cañón de Tlaltenango.
Jerez se conoce caminando o abordo de una carreta antigua, basta decir que esta es la manera tradicional de explorar la plaza principal y sus alrededores. A diferencia de lo que se imagina, la plaza no es una explanada, sino un jardín frondoso que lleva por nombre Rafael Páez. Aquí se reúnen las famosas bandas de tamborazo que por las noches llevan a los turistas a recorrer las calles con tarritos de mezcal. Dicen que, si pudiera verse desde arriba el jardín, emularía una rosa de ocho pétalos, gracias al kiosco morisco que hay en su centro.
A dos cuadras, se aprecia el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, cuyo interior es similar al Santuario de Santiago de Compostela, en España. Más adelante, se levanta el Edificio de la Torre que muestra con gran soberbia el trabajo artesanal de los maestros canteros de Jerez. Es de ley, que los paseos culminen en el Teatro Hinojosa, el cual conserva sus butacas y balcones tallados en maderas nobles.
Los monumentos que se visitan son los mismos que sirvieron de inspiración para el poeta Ramón Pérez Velarde, el hijo pródigo de Jerez y quien tiene su propio museo interactivo para escuchar sus versos de viva voz. Otro atractivo para el turismo son los locales de nieves de garrafa, algunos tienen más de 40 años de antigüedad y los triciclos de tostadas, el antojito es uno de los platillos estrella, dicen que los mejores se venden cerca del jardín principal.
Antes de que llegue la noche, hay que ir al Corredor Artesanal que cuenta con talleres donde se puede ver cómo se elaboran las arracadas jerezanas. Estas joyas son tejidas con hilo de plata y tienen la textura de encaje. También se aprecian otras técnicas artesanales: talabartería, alfarería y cantera. En el jardín Rafael Páez se distribuyen mapas del corredor.
Jerez también se goza de noche con sus recorridos de leyendas por el Panteón Dolores o con una visita a la zona arqueológica de La Quemada para observar estrellas. El cierre con broche de oro será el confort de una buena cama, los hoteles en Jerez tienen la característica de ofrecer un servicio personalizado y situarse alrededor de la plaza central.
Al día siguiente, se deben visitar los alrededores que incluye Sierra de Cardos y sus formaciones rocosas de casi 200 metros de altura. El sitio natural se localiza a menos de media hora de Jerez.
¿Cómo llegar? Desde la ciudad de Zacatecas, hay corridas en autobús a Jerez, el tiempo estimado de viaje es de una hora.
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