Culiacán, Sinaloa – Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos, habría resultado herido tras un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas en Culiacán, mientras las autoridades capturaban a dos de sus colaboradores más cercanos, incluido Kevin Alonso Gil, alias “El 200”. El capo escapó, pero su red de seguridad se tambalea.
La detención de Kevin Alonso Gil Acosta, jefe de seguridad de Guzmán Salazar, ocurrió el 19 de febrero de 2025 en Culiacán, gracias a la presión ejercida por Estados Unidos sobre las autoridades mexicanas. Gil Acosta, conocido como “El 200”, era un operador clave dentro de la facción de Los Chapitos, y su captura representa un avance significativo en la lucha contra el narcotráfico.
Durante el mismo operativo, Guzmán Salazar logró evadir a las Fuerzas Armadas, presuntamente utilizando un túnel subterráneo en una residencia de la colonia Tierra Blanca. Testigos y rumores señalan que el líder de Los Chapitos resultó herido junto a su escolta personal, Eric “09” Bastidas, también conocido como Erky Bastidas, en medio del enfrentamiento.
En un intento por evitar su captura, Guzmán Salazar estaría movilizando recursos y buscando alianzas inesperadas. Fuentes no confirmadas sugieren que ha sostenido reuniones con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), un enemigo histórico del Cártel de Sinaloa, para coordinar esfuerzos frente a la presión de las autoridades y otros rivales.
La captura de Gil Acosta coincide con críticas a la política de “Abrazos no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador, que algunos interpretan como un giro en la estrategia de seguridad. Aunque no hay evidencia oficial de que esta política haya concluido, el operativo refleja un enfoque más contundente contra figuras clave del crimen organizado.
Los Chapitos, bajo el mando de Guzmán Salazar y sus hermanos, han consolidado su poder dentro del Cártel de Sinaloa tras la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2017. La facción se ha enfrentado tanto a rivales externos como a disputas internas, lo que hace que estas detenciones sean un golpe estratégico para su estructura.
La presión estadounidense ha sido determinante en este caso. Tras catalogar a varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, Washington ha intensificado su colaboración con México, lo que facilitó la captura de Gil Acosta y mantiene a Guzmán Salazar en una posición vulnerable.
Para las autoridades mexicanas, este operativo no solo debilita la red de seguridad de Los Chapitos, sino que también envía un mensaje claro sobre su capacidad para desmantelar organizaciones criminales. La detención de “El 200” podría abrir la puerta a nuevas investigaciones y arrestos, fortaleciendo la cooperación bilateral con Estados Unidos.
En conclusión, la posible herida de Iván Archivaldo Guzmán y la captura de Kevin Alonso Gil marcan un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico en México. Estos eventos subrayan el impacto de la presión internacional y el esfuerzo de las Fuerzas Armadas por reducir el poder de Los Chapitos, mientras el capo permanece prófugo, herido y bajo una creciente amenaza.