Por Bruno Cortés
En los últimos días, si usas internet residencial, seguro escuchaste algo que te hizo arquear la ceja: Totalplay anunció que a partir del 15 de abril sus planes “ilimitados” ahora tendrán tope de datos. Es decir, aunque hayas contratado internet sin límites, en realidad sí los tendrás. ¿Te suena raro? Pues no es nuevo. Es parte de algo que las empresas llaman “Política de Uso Justo” o PUJ. Y sí, es tan engañoso como suena.
Pues resulta que en el Congreso ya le echaron el ojo a este tema. La diputada Montserrat Ruiz Páez, de Morena, propuso una reforma que busca prohibir esta política en servicios de internet residencial. ¿Por qué? Porque según ella —y muchos usuarios que ya están hartos—, este tipo de prácticas no solo son desleales: también violan derechos básicos, como el acceso libre y continuo a internet, que está garantizado por la Constitución en su artículo 6º.
Pero vamos por partes. ¿Qué es exactamente la PUJ? Aunque suena a algo técnico, en realidad es un truco legal: cuando usas “demasiado” internet, las empresas bajan la velocidad de tu conexión, sin importar que hayas contratado un plan “sin límites”. Y lo peor es que lo hacen con poca transparencia y a su criterio. Es como si contratas barra libre en un restaurante, pero cuando te ven tomando mucho, te cambian el vaso por uno de shot y te dicen: “Es por tu bien”.
La propuesta de Ruiz Páez quiere que eso se acabe. Presentó una iniciativa para reformar la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión y también la Ley Federal de Protección al Consumidor, con el fin de prohibir de manera explícita este tipo de políticas. Según la diputada, eso daría a los consumidores más certeza jurídica, evitaría abusos económicos, y sobre todo, reforzaría el principio de que el internet es un derecho, no un lujo.
La discusión de esta iniciativa pone sobre la mesa algo muy importante: aunque México ha avanzado en cobertura de internet, muchas veces las condiciones de acceso son inequitativas o están mal reguladas. Y cuando las empresas comienzan a restringir lo que ofrecieron como “ilimitado”, la ley debería proteger al usuario, no permitir que lo confundan con letras chiquitas.
Así que, si eres de los que se quedan sin velocidad justo cuando más la necesitas (streaming, clases, videollamadas, trabajo remoto), esta iniciativa puede interesarte más de lo que crees. Porque lo que está en juego no es solo tu plan de internet: es tu derecho a conectarte sin trampas.