CDMX a 6 de mayo, 2024.- En el corazón de las comunidades indígenas y afromexicanas, un legado ancestral se mantiene vivo: la partería tradicional. Más que una práctica médica, es un vínculo con la identidad cultural y un faro de esperanza en medio de desafíos climáticos y de salud.
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) ha alzado su voz en el reconocimiento de estas guardianas de la vida. En un país donde la mortalidad materna sigue siendo un desafío, las parteras tradicionales emergen como pilares fundamentales en la atención materno-infantil, especialmente en regiones donde la precariedad en los servicios de salud es palpable.
La celebración del Día Internacional de la Partera adquiere un nuevo significado este año, bajo el lema «Las parteras: una solución climática vital». La conexión entre la crisis climática y la salud materna no puede ser ignorada, y las parteras, con su sabiduría transmitida a lo largo de generaciones, se convierten en defensoras incansables en estos tiempos desafiantes.
Las condiciones en las que operan estas heroínas son, sin embargo, de profunda desigualdad y vulnerabilidad. A menudo marginadas y despreciadas, su labor es fundamental en la atención prenatal, partos y puerperios, pero su reconocimiento sigue siendo insuficiente.
El INPI ha tomado medidas concretas para fortalecer y promover la partería tradicional. Desde la construcción de espacios adecuados para la atención hasta la preservación de saberes ancestrales, se están sentando las bases para un futuro donde estas prácticas sean respetadas y valoradas como merecen.
La iniciativa de reforma constitucional propuesta por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, marca un hito en el reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público. Esto abre la puerta a un mayor reconocimiento y protección de la medicina tradicional, incluida la partería, como parte integral de la identidad nacional.
En el tapiz de la diversidad cultural de México, las parteras tradicionales tejen un hilo vital. Su labor va más allá de traer nuevas vidas al mundo; son guardianas de la cultura y la salud de sus comunidades. Es hora de celebrar su legado y garantizar su lugar en la historia y el futuro de nuestro país.