Un reciente estudio ha revelado que los inhaladores para el asma podrían estar contribuyendo significativamente al cambio climático. Expertos advierten que cada dosis de estos dispositivos contiene algunos de los gases de efecto invernadero más potentes conocidos, exacerbando así los problemas ambientales a nivel global.
Un impacto ambiental mayor al esperado
Las pequeñas inhalaciones de los inhaladores para el asma están causando grandes problemas climáticos para la Tierra, según un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association. Los investigadores encontraron que, al vaciarse algunos inhaladores, se emite una cantidad de gases de efecto invernadero comparable a la que produce un automóvil promedio al conducir 60 millas. Este hallazgo es alarmante considerando que más de 70 millones de inhaladores son recetados anualmente en Estados Unidos, contribuyendo a una mayor contaminación atmosférica que el uso anual de electricidad de 200,000 hogares estadounidenses.
Los gases detrás de la crisis
Los inhaladores de dosis medidas emiten altos niveles de hidrofluorocarbonos (HFC), gases que son miles de veces más potentes que el dióxido de carbono para atrapar el calor en la atmósfera. Estos HFC son un factor clave en el calentamiento global, y su uso masivo en inhaladores representa una amenaza significativa para los esfuerzos de mitigación del cambio climático.
Tipos de inhaladores y sus emisiones
Existen tres tipos principales de inhaladores:
- Inhaladores de dosis medida: Utilizan gas propelente para impulsar el medicamento, emitiendo altos niveles de HFC.
- Inhaladores de polvo seco: Contienen polvo de medicamento que los pacientes deben inhalar.
- Inhaladores de niebla suave: Convierten el medicamento líquido en vapor inhalado.
Los inhaladores de dosis medida representan el 70% de las reclamaciones de inhaladores en Estados Unidos y son responsables del 98% de las emisiones totales atribuidas a estos dispositivos. Aunque existen alternativas más ecológicas, como los inhaladores de polvo seco y de niebla suave, estos son significativamente más caros, lo que puede ser una barrera para su adopción masiva.
La investigadora principal, la Dra. Jyothi Tirumalasetty de la Universidad de Stanford, señala que aunque hay reemplazos más ecológicos disponibles, su costo elevado dificulta su adopción. “No queremos poner a los pacientes en una situación en la que no puedan permitirse sus inhaladores o utilicen un dispositivo que no controla tan bien su afección”, afirmó Tirumalasetty.
Los investigadores están trabajando en estrategias para informar a los pacientes sobre sus opciones, sugiriendo la creación de folletos que detallen el costo y las emisiones de cada tipo de inhalador. Esta información permitiría a los pacientes tomar decisiones más conscientes y ecológicas respecto a su tratamiento para el asma.
El estudio resalta la necesidad urgente de equilibrar el tratamiento efectivo del asma con la responsabilidad ambiental. Mientras los inhaladores de dosis medida siguen siendo la opción más común, es crucial fomentar el uso de alternativas más sostenibles y asequibles para minimizar el impacto ambiental. La colaboración entre profesionales de la salud, pacientes y fabricantes de inhaladores será fundamental para avanzar hacia soluciones que protejan tanto la salud humana como el planeta.