Por Juan Pablo Ojeda
En la primera quincena de septiembre de 2024, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un ligero aumento del 0.09% en comparación con la quincena anterior. Este incremento llevó la inflación general anual a 4.66%, marcando la tasa más baja en las últimas siete quincenas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A pesar de esta noticia positiva, algunos productos y servicios experimentaron alzas significativas. Los principales responsables del aumento en la inflación fueron el servicio de educación primaria, la vivienda propia, el gas doméstico LP, y el limón, junto con los servicios en loncherías, fondas, torterías y taquerías. También se registraron aumentos en servicios de educación universitaria y suavizantes.
Por otro lado, algunos precios disminuyeron, lo que ayudó a equilibrar el panorama. Productos como jitomate, naranja, plátanos, aguacate y electricidad, así como la gasolina de bajo octanaje, mostraron bajas en sus precios, lo que contribuyó a mitigar la presión inflacionaria.
Dentro de los detalles del INPC, se observó que el índice subyacente, que excluye bienes y servicios más volátiles, tuvo una variación de 0.21%. En contraste, el índice no subyacente, que incluye precios más inestables, experimentó una disminución del 0.31%. Anualmente, el índice subyacente se sitúa en 3.95%, mientras que el no subyacente alcanzó un 6.73%.
Un dato relevante fue la reducción de precios en productos agropecuarios, que cayeron 0.83% a tasa quincenal, aunque los precios de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 0.11%. Esto sugiere que, a pesar de las presiones recientes en los precios agropecuarios, hay señales de estabilidad en algunos sectores.
En resumen, aunque la inflación muestra una tendencia a la baja, el panorama sigue siendo mixto, con incrementos en ciertos sectores que podrían afectar el poder adquisitivo de los mexicanos en el futuro cercano.