La economía de los hogares mexicanos continúa enfrentando presiones significativas debido a la inflación, especialmente impulsada por los precios de los alimentos esenciales que han experimentado incrementos notables durante la primera quincena de junio.
Según datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía, la inflación alcanzó un preocupante 6.02% durante este período, marcando un aumento considerable desde el 5.76% registrado en la quincena anterior.
El chayote encabezó los aumentos más pronunciados, con un asombroso incremento del 79.25% en su precio. Este incremento refleja la volatilidad en los precios de los alimentos y los desafíos enfrentados por productores y distribuidores para satisfacer la creciente demanda en el mercado nacional.
La naranja también destacó con un incremento del 19.29%, alcanzando un precio promedio de 40 pesos por kilo. Por su parte, el plátano, otro componente fundamental en la dieta mexicana, subió un 11.20%, situándose en 35 pesos por kilo en tianguis y 32 pesos en supermercados.
Otros productos básicos no se quedaron atrás en esta tendencia al alza. El tomate verde aumentó su precio en 10 pesos, llegando a venderse hasta en 54 pesos por kilo en supermercados, mientras que la zanahoria mediana experimentó un aumento promedio de 4 pesos por kilo, alcanzando los 20 pesos en tianguis y 17 pesos en supermercados.
El cilantro, esencial en la cocina mexicana, se vendió a 300 pesos el manojo de 5 kg a mayoreo en la Central de Abasto de la Ciudad de México, mostrando incrementos significativos que afectan tanto a vendedores como a consumidores.
Estos aumentos tienen un impacto directo en los consumidores, especialmente en aquellos con menores ingresos que destinan una parte considerable de su presupuesto a la compra de alimentos. La inflación alimentaria no solo afecta el poder adquisitivo de los hogares, sino que también puede tener repercusiones en la nutrición y la salud pública, al limitar el acceso a productos frescos y nutritivos.
Ante esta situación, se requiere la implementación de medidas efectivas por parte de las autoridades para estabilizar los precios y asegurar el acceso equitativo a alimentos básicos para todos los ciudadanos. Mientras tanto, los consumidores deben ajustarse a estos cambios económicos y buscar alternativas para mantener una alimentación balanceada en un entorno económico desafiante y en constante evolución.