El voto electrónico no es la panacea, pero sí resuelve en el corto plazo tres de los obstáculos que nuestra democracia tiene hoy en día: bajar el alto costo del aparato electoral; materializar los instrumentos de la democracia directa como la consulta popular y la revocación de mandato; e incorporar a nuevos grupos sociales a la toma de decisiones públicas.
Así lo consideró el senador Ricardo Monreal Ávila en un artículo, en el que destaca que se trata de una de las coincidencias de los proyectos en materia electoral, que impulsan las tres fuerzas partidarias más grandes del país, para establecer la posibilidad de sufragar de manera virtual, a la distancia, desde un dispositivo electrónico -computadora personal, tableta o celular- con las medidas de seguridad, certeza y confiabilidad adecuadas.
Ricardo Monreal dijo que con el voto electrónico se puede reducir sensiblemente el costo de las elecciones territoriales y presenciales hasta en un 80 por ciento; y ampliar el espectro de lo que la ciudadanía puede elegir, no sólo autoridades políticas, sino también representantes de los poderes Legislativo y Judicial.
Además de empoderar realmente al electorado, al hacer posible que surjan iniciativas desde la sociedad civil hacia la sociedad política, a través de movimientos en las redes sociales; permitir las consultas ciudadanas y populares con relativa rapidez y variedad de temas, a un bajo costo y con flexibilidad de acceso.
En un artículo que publicó en redes sociales, el legislador dijo que el voto electrónico también puede hacer viable el uso de instrumentos de la democracia participativa directa que hoy parecen letra muerta, como la iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito, la consulta ciudadana y la revocación de mandato.
Incluso, afirmó, permitiría sumar a nuevos grupos de votantes a quienes hoy se margina, como las y los connacionales en el extranjero, las personas con discapacidad y jóvenes de 16 y 17 años de edad que ya demandan participar, pero la ley se los impide.
Monreal Ávila explicó que con Internet y el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, hoy en día la democracia directa tiene en el voto electrónico su más poderoso instrumento, “y eso lo han captado y procesado ya los proyectos de reforma electoral que impulsan en las cámaras legislativas las principales fuerzas políticas”.
Para ello, acotó, hace falta cumplir previamente con determinados requerimientos tecnológicos, técnicos, jurídicos, educativos y cívicos. El más básico de ellos, explicó, es tener acceso a la Red en la mayor parte del territorio nacional, pero el más importante, cualitativamente, es disponer de los estándares de seguridad cibernética más desarrollados en este momento.
Otras acciones relevantes por realizar, para poner en marcha este mecanismo digital, son reformas legislativas para reconocer esta modalidad de sufragio, campañas de información y educación cívica, así como la validación técnica y jurídica de los resultados por parte de la autoridad electoral.
“Está tan avanzado el tema de la digitalización del voto, que hasta se podrían realizar consultas por manzanas, barrios, colonias y sectores de una ciudad para aprobar o rechazar una obra pública, o votar en toda una localidad o un estado para definir el destino de los presupuestos participativos”.
El futuro de la democracia, asentó el coordinador parlamentario de Morena, se encuentra en la participación ciudadana directa, y el medio para lograrlo es el voto electrónico. “No verlo así nos podría dejar en un estado de analfabetismo político anacrónico”.