CDMX a 18 de febrero, 2022.- Con el objetivo de que los productores agrícolas tengan a su alcance mayores y mejores alternativas agroecológicas para el combate de plagas y enfermedades de riesgo para la producción de alimentos, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural supervisa y brinda asesoría técnica a 70 laboratorios de control biológico en 27 estados del país.
A través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), el Gobierno de México apoya a los productores para que incursionen en la cría y siembra de organismos entomopatógenos (que enferman insectos), con lo cual responde a la demanda mundial de producir alimentos sanos e inocuos con técnicas que favorezcan la salud pública y la conservación del ambiente.
El director en jefe del organismo de Agricultura, Francisco Javier Trujillo Arriaga, visitó las instalaciones del laboratorio de organismos entomopatógenos de la empresa Grupo Navarro Productores Agrícolas, el cual produce por semana más de dos mil litros de agentes biológicos, cuyo ingrediente activo son hongos, bacterias o virus, enemigos naturales de plagas específicas.
El funcionario federal indicó que entre los productores del país se ha extendido la práctica de contar con laboratorios de control biológico para autoconsumo, es decir, que crean organismos benéficos para combatir las plagas de sus propios cultivos.
No obstante, dijo, gracias al avanzado nivel técnico que alcanzan estos laboratorios, dan el salto a la comercialización, por lo que invitó a los responsables a visitar el Centro Nacional de Referencia de Control Bilógico, ubicado en Tecomán, Colima, para conocer los avances del Senasica en estos temas.
Subrayó que es responsabilidad del organismo generar y transferir este tipo de tecnología a los productores que lo soliciten, lo que aporta valor agregado a los vegetales que cultivan, ya que pueden comercializarlos en más y mejores mercados.
Para las empresas que comercializan agentes de control biológico, el Senasica otorga una certificación, la cual brinda a los productores garantías de que la autoridad sanitaria ha revisado los procedimientos de calidad del producto, explicó Trujillo Arriaga.
Agregó que Baja California es una entidad con estatus fitosanitario libre de plagas de importancia cuarentenaria, como las moscas de la fruta del género Anastrepha, por lo que el uso de agentes entomopatógenos proporciona mayores componentes de competitividad y beneficio social.
El director general de GN Productores Agrícolas, Javier Navarro Martínez, subrayó que la meta de la empresa es replicar su concepto de agricultura sustentable a través de paquetes tecnológicos biológicos en otras regiones del país.
Precisó que el laboratorio, ubicado en el Ejido Eréndira, en Ensenada, tiene capacidad de producir 20 mil litros de agentes biológicos de hongos y 20 mil litros de bacterias por semana, entre ellos trichoderma harzianum, metarhizium anisopliae, beauveria bassiana y bacillus thuringiensis, con los cuales controlan plagas como el gusano soldado, el falso medidor, los trips, la gallina ciega y enfermedades como el fusarium y la botritys.
Agregó que estos agentes de control biológico se utilizan inmediatamente después de su elaboración –sin almacenaje- para mantener su efectividad para proteger cultivos de apio, col de Bruselas, lechuga, dátiles y frutillas, como zarzamora, frambuesas y arándano, entre otros.
El responsable del laboratorio, el ingeniero en nanotecnología Arturo Aguilar, indicó que en las instalaciones se producen diferentes cepas de agentes biológicos adecuadas al cultivo y a la región en donde se aplicarán, con el objetivo de lograr la mayor efectividad posible.
Los agentes de control biológico son llamados comúnmente bioplaguicidas y contienen como ingrediente activo hongos, bacterias o virus enemigos naturales de plagas específicas.
Entre sus características destaca que son amigables con el ambiente, el ser humano y la fauna, ya que no contienen químicos, no inducen resistencias ni residuos en los alimentos, por lo que no exige al agricultor fijar límites máximos de residuos o plazos de seguridad para el cultivo, además de que, generalmente, atacan de manera específica a la plaga que se desea combatir.