Por Bruno Cortés
El día de hoy se marcó un antes y un después en la historia política de México. Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia de la República, y la diputada Kenia López Rabadán, del PAN, no pudo contener su emoción al respecto. Al salir de la sesión del Congreso General, donde se realizó la ceremonia de protesta, López Rabadán compartió sus reflexiones con los medios, destacando la importancia de este momento para el país.
“Hoy es un día histórico, un nuevo comienzo”, aseguró con firmeza. Para ella, la llegada de una mujer a la presidencia no solo representa un avance en la igualdad de género, sino también una oportunidad única para que la administración se enfoque en unir a la nación en lugar de dividirla. “Estamos obligados a esperar que, siendo la primera mujer presidenta, podamos tener un gobierno que gobierne para todos”, agregó, dejando claro que su deseo es que Sheinbaum fomente la cohesión y el diálogo entre los diferentes sectores de la sociedad.
Pero no todo es optimismo sin matices. López Rabadán también se refirió a los grandes desafíos que enfrenta el nuevo gobierno, comenzando por la alarmante cifra de 200 mil asesinatos ocurridos durante la administración de Andrés Manuel López Obrador. “No podemos permitir que eso se repita”, subrayó, enfatizando la necesidad de un cambio real en las políticas de seguridad. Para ella, esta nueva etapa debe marcar el inicio de un enfoque más humanista y efectivo en la lucha contra la violencia.
La diputada instó a la nueva presidenta a ser un faro de esperanza y a utilizar su cargo para restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones. La expectativa es alta, y muchos, como López Rabadán, anhelan que la administración de Sheinbaum esté marcada por la inclusión y la protección de los derechos de todos los mexicanos.
A medida que el nuevo gobierno toma forma, la mirada del país está centrada en cómo Claudia Sheinbaum abordará estos desafíos. La llamada a la unidad y el compromiso de trabajar para todos son más relevantes que nunca en un entorno donde la división y la polarización han dejado cicatrices profundas. Kenia López Rabadán dejó claro que la esperanza está ahí, pero también una gran responsabilidad recae sobre los hombros de la nueva presidenta.
Con el corazón en la mano, la diputada concluyó su mensaje, deseando que este nuevo capítulo para México sea, efectivamente, un nuevo comienzo. La expectativa está en el aire y la promesa de un futuro mejor para todos es el norte que muchos, incluida López Rabadán, esperan ver en la práctica.