Por Juan Pablo Ojeda
En medio del VII Congreso Nacional de Morena, el clima de emoción y expectativa fue palpable cuando Andrés Manuel López Beltrán, el segundo hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue elegido como secretario de Organización del partido. Este nombramiento llega en un momento significativo, ya que coincide con la despedida política de su padre, quien ha sido un pilar fundamental del Movimiento Regeneración Nacional desde su fundación como organización civil en 2012.
Al aceptar su postulación, López Beltrán expresó sentimientos encontrados. «Me da mucho gusto iniciar mi carrera aquí donde siempre estuve, pero me da una enorme tristeza hacerlo al tiempo que se retira nuestro máximo dirigente», manifestó frente a más de 3,000 congresistas reunidos en la Ciudad de México. Su compromiso fue claro: mantener el legado de su padre, quien ha dejado una marca indeleble en la política mexicana.
López Beltrán subrayó que, aunque su padre se retire de la vida política, su influencia y ejemplo permanecerán en el partido. “Todos sabemos que seguirá presente en este partido con su ejemplo, con su legado. Nuestro trabajo al frente de esta secretaría será mantener ese legado”, afirmó, señalando que su responsabilidad será fundamental para la estructura y crecimiento del partido en el futuro.
Además, hizo hincapié en la importancia del relevo generacional que representa la presidencia de Claudia Sheinbaum, quien se convertirá en la primera mujer en ocupar el cargo en la historia de México. “Se va al retiro… cuando se habla de relevo, se habla de nuestra presidenta electa”, destacó, mostrando su apoyo a la nueva líder del partido.
En su nuevo rol, López Beltrán estará encargado de diversas responsabilidades, incluyendo la organización de estructuras partidistas y la selección de candidaturas para futuras elecciones. Junto a él, se eligieron otros miembros clave de la dirigencia, como Camila Martínez como secretaria de comunicación y Aarón Enríquez como secretario de Jóvenes, entre otros.
Luisa María Alcalde, quien asumirá la dirección nacional de Morena, se comprometió a enfrentar los desafíos que presenta el crecimiento del partido en el poder. Anunció una estrategia de siete puntos para consolidar a Morena como «el mejor partido del mundo», mostrando la ambición y determinación que caracterizan a la nueva dirigencia.
Mientras tanto, el presidente López Obrador concluyó su mensaje pidiendo al partido apoyar a su sucesora en su ardua tarea de gobernar, enfatizando la importancia de la lealtad y el compromiso. «Es un momento de transición, y todos debemos trabajar juntos para continuar con la transformación de México», concluyó.
Con este nuevo liderazgo, Morena se prepara para afrontar el futuro con un enfoque renovado, buscando no solo preservar el legado de AMLO, sino también marcar una nueva era en la política mexicana bajo la dirección de Claudia Sheinbaum.