CDMX, 20 de septiembre del 2022.- Mientras que muchos aseguran que la repetición de temblores en un determinado lapso es algo improbable, la UNAM asegura que hay registro de que estos fenómenos se han suscitado en el mismo sitio y con igual intensidad, aunque en diferentes años.
Shri Krishna Singh, investigador emérito del Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autómoma de México, reveló que el hallazgo de temblores repetidos está presente, al menos, en dos ciudades mexicanas con importante actividad sísmica (¿Ya podemos despedirnos entonces de la teoría del Proyecto HAARP?)
«¿Se repiten esos grandes temblores de la historia? Solo se pueden considerar de esta manera si la localización y la geometría de los sismos son iguales, y si las formas de las ondas son similares. Esto ayuda a saber cuál es el estado de acoplamiento de fricción sobre la interface (de las placas)”, declaró durante el Seminario Institucional “Repetición de grandes temblores: importancia de sismogramas históricos”.
El especialista en el comportamiento repetitivo de la actividad sísmica en la denominada zona de subducción mexicana (en el Océano Pacífico) mencionó que Oaxaca, un estado que históricamente ha presentado un actividad sísmica considerable, es un lugar ideal para estudiarlos.
“Existen tres motivos: porque las fuentes de sus movimientos telúricos son muy simples en general, porque si fueran complejas sería muy complicado esperar repeticiones; son característicos porque tienen casi la misma magnitud; es decir registran poca variación”.
De igual manera, influye que el periodo de ocurrencia de sus grandes temblores es relativamente corto, por lo que existe la posibilidad de verificar cuándo se presentan estas repeticiones (de tres a cinco décadas) a partir de los registros (de los últimos 100 años).
Krishna Singh, científico originario de Azamgarh, India, apuntó que los segmentos de las fallas en la zona tienden a generar fenómenos de la misma magnitud. Oaxaca cuenta con una estadística de temblores sumamente particular.
En 1928, por ejemplo, en la capital oaxaqueña ocurrieron cuatro temblores importantes: el 22 de marzo, el 17 de junio, el 4 de agosto y finalmente el 9 de octubre. De acuerdo con los sismogramas analizados, estos son muy semejantes a los presentados con otro suscitado en 1965 y uno más recientemente en 2020.
“Las amplitudes son reales, las magnitudes son muy cercanas, son repeticiones, muy probablemente a este nivel de magnitud (arriba de siete)”. Es una situación insólita: de 1928 a 1965 fueron 37 años; y de 1965 a 2020, 55 años de distancia, precisó.
En cuanto a Acapulco, Guerrero, el también especialista en el campo de la ingeniería sísmica y mitigación de riesgos, comandó el análisis de un movimiento telúrico ocurrido el 8 de septiembre de 2021 y otro más el 11 de mayo de 1962.
“Al mirar sus características es probable que el más reciente sea la repetición del anterior, con 59 años de diferencia. No hablo de la brecha sísmica de Guerrero, ni la parte noreste y sureste”, aclaró el experto.
Con base en los sismogramas, en el caso de Oaxaca son tres eventos, similares, y se trata de una observación casi única.
“No he visto en otro sitio este tipo de fenómenos, que no quiere decir que no hayan ocurrido durante el periodo de registro”, subrayó.
El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores nivel III, comentó que el hecho de que se repitan de manera idéntica, significa que las regiones y las propiedades de fricción de las placas tectónicas se mantienen durante varios siglos de temblores.
“¿Por qué Acapulco y Oaxaca? Porque no se han reportado otros lugares; sus temblores son simples y compactos, y eso favorece repeticiones y temblores característicos, que es una cosa tan clara que se ve en pocos lugares, y el periodo de frecuencia es relativamente corto (un siglo)”, sentenció.