Halloween, con su mezcla de disfraces, historias de terror y decoraciones espeluznantes, es una celebración que fascina tanto a niños como adultos. Pero ¿qué hay detrás de esta atracción por el miedo? Según expertos en psicología, el “miedo controlado”, como el que sentimos al ver una película de terror o participar en Halloween, tiene importantes beneficios emocionales y sociales.
Florencia Alfie, psicóloga de la Universidad de Buenos Aires, explica que el miedo es una emoción adaptativa que nos alerta sobre posibles amenazas. En Halloween, esta emoción se experimenta en un entorno seguro, donde las personas pueden explorar el miedo sin peligro real. Este contexto controlado, además de activar la adrenalina y el alivio, es una herramienta poderosa que fomenta la creatividad y el sentido de pertenencia.
La adrenalina del miedo y su impacto positivo
Halloween permite a niños y adultos experimentar el miedo y su respuesta natural de “lucha o fuga” en un ambiente seguro. Según la profesora Sarah Kollat de Penn State, esta vivencia permite que las personas practiquen cómo reaccionar ante el peligro, lo que puede prepararlos para enfrentar situaciones reales de estrés. Kollat afirma que los “miedos recreativos”, como ver películas de terror o recorrer una casa embrujada, liberan adrenalina sin riesgo y luego dopamina, proporcionando una sensación de alivio y satisfacción.
El miedo como herramienta de resiliencia
Un estudio de la Universidad de Aarhus en Dinamarca demostró que las personas que disfrutan del terror en actividades recreativas tienden a ser más resilientes ante la adversidad. Durante la pandemia, quienes consumían contenido de terror mostraron mayor fortaleza emocional, un reflejo de cómo el “entrenamiento” de enfrentar el miedo en un contexto de entretenimiento puede fortalecer nuestras habilidades para manejar el estrés.
Halloween y los niños: miedo que fomenta la creatividad y el crecimiento
Para los niños, celebraciones como Halloween no solo son divertidas, sino también útiles en su desarrollo emocional. Experimentar el miedo en un entorno controlado, como en cuentos de terror o películas, les permite conocer sus propios temores y aprender a gestionarlos. Además, Halloween fomenta la creatividad, al invitar a los niños a explorar personajes y escenarios fantásticos, y ayuda a enfrentar temas difíciles como la muerte de manera accesible y no amenazante.
Compartir el miedo fortalece los lazos sociales
El miedo compartido también genera lazos. Vivir experiencias aterradoras en grupo, como ver una película de terror o recorrer una casa embrujada, fortalece las relaciones. La psicóloga Alfie señala que la unión generada al compartir momentos de miedo crea un sentido de pertenencia, ya que las personas ríen y se asustan juntas, lo cual refuerza los vínculos sociales.
¿Y si a mi hijo le da miedo Halloween?
Para algunos niños, Halloween puede ser intimidante. Alfie recomienda hablar con ellos, validar sus temores y adaptar la celebración para que sea divertida y segura. Optar por disfraces no aterradores, ver películas adecuadas para su edad y realizar actividades como decorar la casa o hacer manualidades, puede ayudar a que los niños disfruten de esta festividad de una forma que les haga sentir cómodos.
En resumen, el miedo controlado es una forma entretenida de experimentar emociones intensas en un ambiente seguro. Halloween, con su mezcla de sustos y diversión, es una excelente oportunidad para fortalecer vínculos, fomentar la creatividad y aprender a manejar el estrés de una manera lúdica.