En una acción coordinada entre colectivos de búsqueda y autoridades, se localizó una fosa clandestina con cuatro cuerpos masculinos en La Rumorosa, Tecate, marcando la segunda intervención de este tipo en la zona durante 2024. El hallazgo, ocurrido durante una “mega búsqueda”, subraya la persistencia de grupos civiles y familiares para enfrentar la crisis de desapariciones en México.
Los restos, con aproximadamente cinco semanas de antigüedad, fueron encontrados en terrenos rurales tras jornadas de excavación y análisis forense preliminar. Colectivos como Madres Unidas por los Desaparecidos de Baja California destacaron la colaboración con la Fiscalía del estado, que agilizó protocolos para la identificación de las víctimas. “Sin la presión social, estos crímenes quedarían impunes”, afirmó Laura Pérez, portavoz del colectivo.
Este descubrimiento se suma a otro realizado en enero en la misma localidad, donde se exhumaron tres cuerpos. La recurrencia de fosas en La Rumorosa, zona estratégica por su cercanía a la frontera, refleja los desafíos de seguridad en corredores rurales. No obstante, activistas resaltan avances: en 2024, se han logrado 14 identificaciones en Baja California gracias a bases de datos compartidas entre organizaciones y el gobierno.
La participación ciudadana ha sido clave. Más de 200 voluntarios, capacitados en técnicas forenses y geolocalización, integraron la brigada que recorrió 50 kilómetros cuadrados. “Estas acciones no solo buscan cuerpos, sino exigir verdad y justicia”, explicó Juan Martínez, coordinador de Búsquedas sin Fronteras.
A nivel nacional, México supera las 100,000 personas desaparecidas, según datos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB). En Baja California, la cifra oficial ronda los 3,000 casos, aunque colectivos estiman subregistros. Pese a esto, el estado se posiciona como pionero en adoptar protocolos de búsqueda con enfoque humanitario, reconocidos por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Autoridades locales destacaron la importancia de la sinergia con la sociedad civil. “Los colectivos son aliados indispensables; su labor técnica y emocional complementa nuestro trabajo”, declaró el fiscal estatal Ricardo Iván Carpio. Recientemente, el Congreso local aprobó un fondo de emergencia para financiar peritajes y tecnología de mapeo satelital.
La comunidad de Tecate ha respondido con solidaridad. Centros de acopio para familias de desaparecidos y talleres de acompañamiento psicológico se han multiplicado, evidenciando un tejido social resiliente. “Aquí no nos rendimos: cada hallazgo es un paso hacia la paz”, compartió Ana López, vecina de La Rumorosa.
Expertos en seguridad subrayan que, aunque los retos son enormes, la visibilidad de estos operativos inhibe prácticas criminales y presiona a instituciones a priorizar políticas públicas. “La transparencia en las investigaciones es un avance democrático”, señaló el analista político Fernando Gutiérrez.
Mientras los cuerpos son analizados en el Semefo estatal, colectivos insisten en mantener la presión. Su próxima meta: impulsar una red nacional de alerta temprana para desapariciones. Con cada fosa descubierta, Tecate escribe un capítulo de lucha colectiva contra el olvido.