El grupo catalán de teatro La Fura dels Baus Única hizo historia en el 50 Festival Cervantino de Guanajuato, comentan hoy medios especializados en la capital mexicana.
La prensa le otorgó los más altos honores al calificar su actuación de anoche de algo irrepetible que será recordado como un verdadero gran festejo de las artes escénicas en el primer medio siglo de vida del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Señalan que los catalanes hicieron arte sin fronteras, en estado puro, para romper esquemas, colectivo, libre, gratuito.
Estimaron que Denle a Pep Gatell, director artístico de la agrupación, convirtió el escenario en un espacio y un tema como ámbito para hacer magia.
El lugar fue la gran explanada al aire libre de Los Pastitos, y el pretexto fue narrar en unos cuantos minutos la epopeya libertaria de una ciudad para celebrar los 50 años del FIC.
Por suerte el clima los acompañó y no hubo el diluvio que acostumbra caer en esta época del año en esa zona de Guanajuato.
El espectáculo comenzó a las 22:00, hora local, del sábado y terminó pasada la medianoche de este domingo con un público que no se quería ir de la explanada, añoraba acercarse a los artistas, saludarlos, abrazarlos y elogiar y agradecer su actuación.
Fue apoteósico, pues los presentes pudieron lograr interactuar con los de escena mediante sus teléfonos celulares gracias a la aplicación Kalliope2 que fue desarrollada especialmente para transformar al público en un elemento más de la experiencia.
“Crearé una segunda narrativa para ti”, anunció la pantalla del celular y comenzó el asombro ininterrumpido durante casi 60 minutos.
Los cientos de espectadores que decidieron no usar sus aparatos para tomar fotos y videos, se maravillaron al tener en sus manos el croar de ranas, luego luces parpadeantes y hasta las llamas que incendiaron la puerta de la Alhóndiga durante la gesta de Independencia.
Por un punto de Los Pastitos brotó una carabela con conquistadores a bordo que llegaron para llevarse el oro y la plata de las minas guanajuatenses. “¡Chifla, abuchea! ¡Nos están robando!”, ordenaron los teléfonos en complicidad con el megamontaje.
Fue la primera vez aquí que esa acción de la imaginería y la nueva tecnología se unen con la presencia humana y el sentimiento para dar un espectáculo único en el que todos se sintieron parte de la actuación.
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