Por Bruno Cortés
Las diputadas y diputados del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT) se están poniendo serios. A través de un comunicado, expresaron su firme apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum en su empeño por llevar adelante la Cuarta Transformación de México. ¿Y qué significa eso? Básicamente, es un llamado a avanzar en reformas que, según ellos, son la respuesta a lo que millones de mexicanos han demandado.
La cosa se pone interesante cuando hablan de ciertos sectores del Poder Judicial que, según el GPPT, están tratando de poner piedras en el camino de estas reformas. «El deseo del pueblo no puede ser eclipsado por las acciones de unos pocos», afirmaron con determinación. Así, dejan claro que los jueces y magistrados deben recordar que su trabajo no es más importante que la voluntad del pueblo. En otras palabras, ¡no están aquí para bloquear lo que la gente quiere!
Esta reforma constitucional que mencionan no es solo un trámite burocrático. Ellos creen que es un reflejo de lo que el pueblo ha decidido, y es aquí donde entra el concepto de justicia. Según el GPPT, la justicia no es solo un término bonito que se usa en discursos, sino algo que se construye todos los días a través de acciones concretas. La presidenta Sheinbaum tiene el mandato del pueblo para llevar adelante esta transformación, y ellos se ven como aliados firmes en esta lucha.
Pero no se quedan ahí. Hacen hincapié en que están conscientes de los poderes que tienen algunos en el Poder Judicial. Para ellos, estos sectores están tratando de proteger sus privilegios y defender intereses que, a su juicio, son de la “derecha nacional e internacional”. Esto los lleva a reafirmar su compromiso con la gente, asegurando que seguirán trabajando para lograr un México más justo y equitativo.
El GPPT también lanzó una advertencia: no permitirán lo que llaman un «golpe de Estado blando». Esta expresión se refiere a acciones que, según ellos, buscan debilitar el gobierno y las reformas a través de maniobras en el Congreso o en el sistema judicial. En su perspectiva, algunos legisladores del PRIAN (una combinación de los partidos PRI y PAN) están trabajando en conjunto con jueces y magistrados corruptos para frenar los cambios que la gente quiere.
Así que, en resumen, lo que está en juego no es solo una lucha de poder, sino una serie de reformas que buscan transformar la vida de millones de mexicanos. Las diputadas y diputados del PT parecen decididos a seguir luchando por lo que creen que es el camino correcto, pero el escenario político está lleno de tensiones y desafíos.