La activista sueca Greta Thunberg fue expulsada de Israel este martes después de ser detenida a bordo del velero «Madleen», una embarcación que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza. Thunberg viajaba junto a otros 11 activistas internacionales como parte de una flotilla civil que buscaba desafiar el bloqueo israelí en la región.
El barco, perteneciente a la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), fue interceptado por la Marina israelí en aguas internacionales el lunes y escoltado al puerto de Ashdod. En total, personas de siete países (Francia, Alemania, Brasil, Turquía, Suecia, España y Países Bajos) formaban parte de la misión.
Detención y expulsión inmediata
Tras su detención, Greta fue trasladada al aeropuerto de Tel Aviv y deportada a Suecia vía París. A su llegada, denunció públicamente que el grupo fue “secuestrado en aguas internacionales y llevado a Israel contra su voluntad”.
Cinco de los activistas franceses se negaron a firmar documentos de salida voluntaria y permanecen detenidos, a la espera de una decisión judicial. Entre ellos está Rima Hassan, eurodiputada francopalestina de izquierda. Thunberg pidió su “liberación inmediata” y aseguró estar profundamente preocupada por sus compañeros.
¿Qué hacía la flotilla?
El objetivo del grupo era claro: romper el bloqueo israelí a Gaza, una zona que vive una crisis humanitaria extrema después de más de un año y medio de guerra entre Israel y Hamás.
La embarcación cargaba alimentos y suministros médicos, y su ruta estaba planeada para llegar directamente a la costa de Gaza. Pero el gobierno israelí considera este tipo de acciones como provocaciones, bajo el argumento de que podrían ser usadas para ingresar armas al grupo islamista.
Durante la interceptación, los activistas alzaron las manos y entregaron sus celulares, mientras algunos lanzaron sus dispositivos al mar para evitar que fueran confiscados.
Reacciones internacionales
La respuesta mundial no se hizo esperar:
- Irán calificó la operación como “piratería”.
- Turquía la tachó de “violación flagrante del derecho internacional”.
- Al Jazeera condenó el “asalto” y exigió la liberación de su reportero Omar Faiad, también a bordo.
- Francia sigue negociando la liberación de sus ciudadanos.
Israel, por su parte, acusó a Greta y a los demás de “montar una provocación mediática” con fines propagandísticos.
¿Qué sigue?
El caso ha vuelto a poner los reflectores sobre el conflicto en Gaza, donde la ONU ha advertido sobre el riesgo de hambruna masiva. Desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, más de 54,900 palestinos han muerto, la mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Del lado israelí, el ataque inicial de Hamás dejó 1,219 muertos y 54 personas siguen secuestradas en Gaza.
Este nuevo episodio protagonizado por Thunberg eleva aún más la presión internacional sobre Israel y reaviva el debate global sobre el bloqueo y la ayuda humanitaria.