En un avance que podría revolucionar la industria de alimentos para mascotas, la empresa británica Meatly ha lanzado al mercado las primeras golosinas para perros elaboradas con carne cultivada en laboratorio. Bautizadas como “Chick Bites”, estas golosinas combinan proteínas vegetales con carne creada a partir de células extraídas de un huevo de gallina, ofreciendo una alternativa sostenible y respetuosa con los animales.
Un hito en la industria
El lanzamiento de “Chick Bites” marca un hito importante, ya que el Reino Unido se convirtió en el primer país de Europa en aprobar el uso de carne cultivada en alimentos para mascotas. Esta decisión, respaldada en julio de 2024 por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) y la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal, permitió a Meatly comenzar la comercialización de su producto en la cadena minorista Pets at Home, ubicada en Brentford, Londres.
Anja Madsen, directora de operaciones de Pets at Home, destacó el potencial de esta innovación: “Esta tecnología tiene el potencial de reducir significativamente el impacto ambiental de los alimentos para mascotas y será un cambio radical para la industria”.
¿Qué es la carne cultivada?
La carne cultivada se produce a partir de una pequeña muestra de células animales, que se multiplican en un laboratorio hasta formar tejido muscular. Este proceso elimina la necesidad de criar y sacrificar animales, reduciendo así el impacto ambiental asociado con la ganadería tradicional, un sector que contribuye al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua.
Owen Ensor, director ejecutivo fundador de Meatly, comparó este avance con una hazaña tecnológica: “Hace apenas dos años esto parecía un viaje a la luna. Hoy despegamos”. Además, destacó que esta innovación representa un paso hacia un mercado de alimentos más saludable, sostenible y respetuoso con el planeta.
La ganadería convencional es una de las industrias más contaminantes del mundo, responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. La carne cultivada, en cambio, requiere menos recursos naturales, como agua y tierra, y genera menos emisiones.
Damien Clarkson, director ejecutivo de The Pack, empresa que aportó los ingredientes vegetales para las golosinas, subrayó el potencial de esta tecnología: “La carne cultivada ofrece una fuente de proteína sabrosa, baja en carbono y saludable que tiene el potencial de eliminar a los animales de granja de la industria de alimentos para mascotas”.
Un mercado en crecimiento
Meatly no es la única empresa que apuesta por la carne cultivada para mascotas. Otras compañías, como la start-up BioCraft, con sede en Austria y Estados Unidos, están desarrollando carne de ratón cultivada para perros y gatos. Además, Hill’s Pet Nutrition colabora con Bond Pet Foods en la creación de productos de prueba.
Sin embargo, el proceso de producción de carne cultivada aún enfrenta desafíos, como los altos costos y la complejidad tecnológica. A pesar de esto, empresas como BioCraft han logrado reducir costos y planean lanzar sus productos al mercado en 2026.
¿Aceptación de los consumidores?
Aunque la carne cultivada es prometedora, su aceptación entre los consumidores aún es incierta. Una encuesta publicada en 2022 en la revista PLOS ONE reveló que solo el 32,5 % de los encuestados en el Reino Unido estaría dispuesto a consumir carne cultivada, pero el 47,3 % la daría a sus mascotas.
Ante este panorama, Meatly planea expandir su producción en los próximos años, con el objetivo de hacer que la carne cultivada sea más accesible y ampliamente aceptada como una alternativa viable y sostenible.
El lanzamiento de “Chick Bites” representa un paso importante hacia un futuro más sostenible en la industria de alimentos para mascotas. Al combinar innovación tecnológica con responsabilidad ambiental, Meatly y otras empresas están demostrando que es posible ofrecer opciones nutritivas y éticas sin sacrificar el bienestar animal ni el planeta.
Con el tiempo, esta tecnología podría transformar no solo lo que comen nuestras mascotas, sino también cómo entendemos y abordamos los desafíos globales relacionados con la alimentación y el medio ambiente.