Ciudad de México, 22 de febrero de 2024 – En un movimiento que ha sacudido la escena política y social de Argentina, el presidente Javier Milei ha anunciado el cierre definitivo del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y otros entes públicos que, según él, «no sirven para nada». Esta medida forma parte de su plan para minimizar el Estado, una estrategia que ha generado un profundo repudio entre los opositores y preocupación en la sociedad civil.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, fue quien dio a conocer la noticia, calificando al INADI y a otros organismos similares como «grandes cajas de la política» y acusándolos de ser espacios para «pagar favores políticos» y «generar empleo militante». Adorni destacó que el INADI, en particular, sería el primero en ser desmantelado, citando sus alrededor de 400 empleados y oficinas en todo el país.
El INADI, creado por ley en 1995, ha sido un organismo clave en la lucha contra todas las formas de discriminación, impulsando políticas públicas para fomentar una sociedad más diversa e igualitaria. Sin embargo, según Adorni, el proceso administrativo para cerrar el instituto ya ha comenzado, aunque reconoció que llevará tiempo completarlo.
La oposición ha respondido con vehemencia a esta decisión. Germán Martínez, presidente del bloque peronista de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados, declaró en la plataforma X (anteriormente Twitter) que con el cierre del INADI, el gobierno de Milei se encamina a ser «el más discriminador, xenófobo y racista de la historia democrática» de Argentina.
Esta acción es coherente con las promesas de campaña de Milei, quien había criticado al INADI por convertirse, según él, en un «instrumento de persecución ideológica» bajo el gobierno anterior de Alberto Fernández. Además, el presidente ha demostrado su intención de reducir el gasto público como parte de su batalla por alcanzar el «déficit fiscal cero», lo que ha incluido despidos masivos de funcionarios y recortes en las partidas presupuestarias.
La decisión de cerrar el INADI y otros institutos refleja la filosofía de Milei de un Estado reducido, aunque ha levantado serias preguntas sobre el compromiso de Argentina con la lucha contra la discriminación y la protección de los derechos humanos.