Sinaloa a 3 de septiembre, 2024.- El caso de Ismael «El Mayo» Zambada ha vuelto a ser noticia, pero esta vez no por una operación en contra del narcotráfico, sino por una serie de declaraciones y cartas que involucran al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. El mandatario estatal ha afirmado estar dispuesto a declarar ante la Fiscalía General de la República (FGR) para aclarar su paradero el pasado 25 de julio, día en que presuntamente ocurrió el secuestro de «El Mayo» Zambada con la intención de ser entregado a las autoridades estadounidenses.
En su conferencia semanal, Rocha Moya mencionó que la FGR le ha solicitado pruebas que confirmen su ubicación en la fecha en cuestión. «Si la fiscalía me llama, voy. La Fiscalía me ha pedido que entregue datos probatorios de que no estuve; si me los pide, los doy», comentó el gobernador, mostrando disposición a colaborar con las autoridades sin recurrir a su fuero como mandatario.
Rocha Moya fue tajante al declarar que el día en que supuestamente se llevó a cabo la captura de Ismael Zambada y Joaquín Guzmán López, él no se encontraba en el estado. «Es mentira que estuve ahí el 25 de julio con el tema de que se llevaron al señor Zambada y que participó Joaquín Guzmán, quien diga eso, miente”, afirmó.
La declaración de Rocha contrasta con una carta que «El Mayo» Zambada publicó desde la cárcel el pasado 10 de agosto. En la misiva, Zambada sostiene que el día de su captura tenía programada una reunión con Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien fue asesinado posteriormente. Zambada relata que Joaquín Guzmán López le pidió asistir a una reunión para resolver diferencias entre los líderes políticos del estado, reunión en la que también estarían presentes Iván Guzmán Salázar y otros personajes clave.
En su carta, «El Mayo» describe tensiones políticas en Sinaloa, particularmente en torno a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), donde habría disputas sobre quién debería estar al mando, involucrando directamente a Rocha Moya y a Héctor Cuén.
Este cruce de versiones ha generado una ola de especulaciones y sospechas en torno a los vínculos entre el gobierno de Sinaloa y los grupos del narcotráfico. El gobernador Rocha Moya ha reiterado su disposición a colaborar plenamente con las investigaciones, incluso si esto implica declarar ante la FGR. Sin embargo, la publicación de la carta de Zambada ha levantado sospechas y teorías sobre posibles nexos que podrían comprometer al gobierno de Sinaloa.
Por su parte, la FGR continúa con las investigaciones para esclarecer los hechos y determinar si existen elementos suficientes para imputar responsabilidades a los implicados.
Mientras tanto, la opinión pública se encuentra dividida. Algunos apoyan la transparencia y la disposición del gobernador a cooperar con las autoridades, mientras que otros sospechan de los posibles vínculos entre políticos y el crimen organizado en la región.