En el corazón de la Ciudad de México, la Glorieta de las Mujeres que Luchan se erige como un poderoso símbolo de la lucha feminista, la resistencia contra la violencia de género y la reivindicación de los derechos de las mujeres. Este espacio, ubicado en el emblemático Paseo de la Reforma, ha trascendido su propósito original para convertirse en un punto de encuentro vital para colectivas feministas, familiares de mujeres desaparecidas y víctimas de feminicidio.
Originalmente, este espacio albergaba una estatua de Cristóbal Colón, obra del artista francés Enrique Carlos Cordier, desde 1877. Sin embargo, en 2020, el gobierno de la capital retiró la estatua ante anuncios de colectivos de pueblos originarios y mujeres organizadas de derribarla por su asociación con los crímenes de la Conquista. La glorieta fue entonces apropiada y resignificada por estos grupos, quienes la adornaron con pintas, denuncias y nombres de víctimas y activistas, marcando el inicio de su nueva identidad como la Glorieta de las Mujeres que Luchan.
El 25 de septiembre de 2021, mujeres organizadas tomaron la glorieta para exigir reconocimiento a sus luchas y denunciar la violencia. Durante esta toma, se colocó una figura de madera de una mujer con el puño izquierdo en alto, conocida como Antimonumenta, que posteriormente fue reemplazada por una versión de acero morado en marzo de 2022, consolidando aún más el carácter simbólico del lugar.
Además de la Antimonumenta, la glorieta alberga el Jardín «Somos memoria», un espacio dedicado a la protesta y la denuncia, donde se exhibe un tendero de denuncias y protestas, reforzando el mensaje de lucha y resistencia.
La Glorieta de las Mujeres que Luchan se encuentra en el cruce de Paseo de la Reforma e Ignacio Ramírez, frente al hotel Fiesta Americana, cerca del Monumento a la Revolución. Es accesible mediante transporte público, siendo la estación de Metro más cercana Revolución de la Línea 2, o bien, a través del Metrobús bajando en la estación Glorieta de Colón de la Línea 7.
Este espacio no solo es un testimonio de la lucha feminista en México, sino también un recordatorio constante de la necesidad de seguir combatiendo la violencia de género y trabajar por una sociedad más justa e igualitaria.