Por Juan Pablo Ojeda
Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República (FGR), anunció en la conferencia matutina de hoy que, por el momento, no se iniciará una investigación en contra del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, a pesar de las acusaciones sobre su posible involucramiento en el secuestro del narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Este incidente ocurrió en julio pasado, el mismo día y lugar donde fue asesinado el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Cué.
Durante su intervención, Gertz Manero detalló que la FGR tiene pruebas contra funcionarios de la Fiscalía del Estado de Sinaloa, quienes han desmentido la versión inicial sobre el asesinato del exrector. Según las investigaciones, se alega que Cué fue asesinado en una gasolinera y no en la hacienda donde se había reportado el secuestro de ‘El Mayo’.
El fiscal general subrayó que, aunque actualmente no existen pruebas suficientes para imputar al gobernador Rocha Moya, la Fiscalía está comprometida a investigar cualquier dato que surja en el futuro. “La Fiscalía tiene que ser muy concreta cuando tiene datos de prueba. No vamos a hacer imputaciones mientras no tengamos las pruebas suficientes; cuando las tengamos, las vamos a hacer como las hemos venido haciendo”, afirmó Gertz Manero desde Palacio Nacional.
Este pronunciamiento resalta la tensión existente entre las instituciones del gobierno y la administración estatal de Sinaloa, en un contexto donde la lucha contra el crimen organizado y la corrupción se han vuelto temas centrales en la agenda nacional. La FGR continúa bajo la presión de aclarar los hechos en torno a un caso que ha generado preocupación por la seguridad y la integridad de los funcionarios públicos en el estado.
Las implicaciones de estas declaraciones son significativas, ya que la falta de acción contra Rocha Moya podría interpretarse como un intento de mantener la estabilidad política en Sinaloa, un estado donde el narcotráfico y la violencia han prevalecido durante años.